De acuerdo con Juan José Jiménez, del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), esta especie realiza las migraciones en los meses de noviembre y enero y aun no se tiene claro las razones por las cuales lo hacen.
La Reserva Forestal de Golfo Dulce, muestra la migración de los llamados “chanchos de monte”. Originalmente, esta especie animal habitó desde el nivel del mar hasta los 150 metros de altura en Costa Rica. Sin embargo, hoy en día sólo sobreviven algunas manadas en el Parque Nacional Tortuguero, Parque Internacional La Amistad, en la Península de Osa y en el Parque Nacional Santa Rosa.
De acuerdo con Juan José Jiménez, del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), esta especie realiza las migraciones en los meses de noviembre y enero y aun no se tiene claro las razones por las cuales lo hacen.
La organización es la clave
Observar esta belleza natural es posible si se protegen y conservan las áreas naturales de nuestro país. Esto es lo que han hecho los habitantes de los sectores cercanos a la Reserva Forestal ya que los recursos humanos y operativos de la Reserva son limitados.
“La estrategia que hemos seguido es la empoderar a las comunidades y fortalecer sus capacidades para que sean ellos mismos los que asuman la protección y el monitoreo de la fauna y la flora más emblemática que se encuentre en los bosques de sus comunidades”, indicó Juan José Jiménez, del SINAC.
Enrique Ureña, es vecino de la zona de Rancho Quemado, ubicado en la Península de Osa. Él, junto a vecinos de su comunidad, ha procurado conservar las áreas de conservación de ese sector y sobre todo de la Reserva Forestal de Golfo Dulce.
Pero no solo ellos se han organizado, sino también comunidades como: Los Planes, San Josecito, Caletas, El Progreso, Los Ángeles y Guerra y han logrado mejorar las acciones de protección y monitoreo de la migración de los chanchos de monte.
La Asociación de Desarrollo de estos lugares ha trabajado por más de 30 años no solo en la protección de los recursos naturales y la biodiversidad, sino también se han capacitado con la ayuda de la Fuerza Pública, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación y la Universidad de Costa Rica y con la conformación de los Comités Comunales de Monitoreo Biológico Comunitario.
“Hemos integrado a la asociación un poco del turismo rural y todo eso nos ha permitido haciendo cambios para mejorar lo que el ambiente y la protección animal y la conservación de los bosques… la mayoría de la comunidad hemos venido comprometiéndonos en ese proyecto”, indicó Ureña.
De la capacitación a la acción
Gracias a estos esfuerzos, en la zona de Rancho Quemado, el monitoreo y protección de los chanchos de monte ha sido exitosa y a pesar de ser una de las especies más amenazadas en el Costa Rica, se ha logrado disminuir la matanza de la especie en la Reserva Foresta, así lo confirmó Jiménez.
Este actor comunal señaló además de este avance, otros de los cambios que han introducido en su comunidad ha sido el detenimiento de la tala ilegal de árboles, la cacería de animales y la captura de aves. Asimismo han creado conciencia en los habitantes sobre la existencia de otras alternativas para la generación de recursos económicos.
“Hay mucho potencial en la parte natural, pero hay que buscarle soluciones a las familias y decirles: tienen la oportunidad de aprovechar este recurso antes que gastarlo”, concluyó Enrique.