El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió hoy que se tomen medidas para evitar en un plazo de dos o tres décadas nuevas tragedias como las que ocurrieron en las últimas semanas en el sureste del país debido a las intensas lluvias.
«La culpa (de las inundaciones) es de la acumulación de errores cometidos en este país a lo largo de décadas. Tenemos que reflexionar cómo (podemos) comenzar a trabajar para que podamos soñar con no tener más estas tragedias de aquí a veinte o treinta años», dijo Lula en un discurso en Brasilia.
Esta fue la primera referencia pública del mandatario a las inundaciones y deslizamientos de tierra ocurridos en la región sureste del país en las vísperas y la noche de Año Nuevo que dejaron al menos 87 muertos.
Lula recordó que Brasil cuenta con leyes que prohíben la construcción de viviendas en zonas de riesgo de deslizamiento de tierras y apuntó la responsabilidad de las autoridades locales que han permitido las construcciones sin permiso «durante décadas».
«Si un grupo de personas va a vivir a un lugar inadecuado, el alcalde no puede permitirlo. Si se construyen diez casas, es un montón de gente, si se construyen mil, se convierte en un problema político», sostuvo.
Las intensas lluvias causaron dos corrimientos de tierra en Angra dos Reis (Río de Janeiro) en la noche de Año Nuevo, dejando 52 muertos, la mitad eran personas alojadas en un hotel de una isla del municipio y la otra mitad, habitantes de una barriada pobre construida de forma irregular en la falda de una montaña.
En el estado de Río de Janeiro el saldo de muertos confirmados por las autoridades ascendió a 74, aunque también se deben contabilizar otras diez víctimas mortales en el vecino estado de Sao Paulo y otras tres más en el de Minas Gerais, ocurridos en las mismas fechas a causa de las inundaciones.
Pnuma