Las autoridades del Banco Mundial activaron la alarma el miércoles último, sobre el alto costo de los alimentos en el plano internacional, profundizando el déficit del que son víctimas las naciones más pobres, en alusión al drama del Cuerno de África.
El organismo señaló que en julio pasado los precios mundiales de los alimentos estaban un 33% por sobre los valores de 2010, con alzas importantes en el maíz (84%), el azúcar (62%), el trigo (55%) y el aceite de soja (47%), donde incidieron los precios del petróleo, superiores en un 45% respecto a julio de 2010, lo cual afecta a los costos de producción y al precio de los fertilizantes, que aumentaron 67% durante el mismo período. El informe plantea que las alzas sostenidas hacen subir la inflación en varios países y advierte que las bajas provisiones de alimentos y la inestabilidad esperada en los valores del azúcar, el arroz y de los productos derivados del petróleo podrían tener efectos inesperados en los precios en los próximos meses.
El problema de la sustentabilidad alimentaria por aumento de la población y la expansión de la clase media en las naciones emergentes -fuera de casos puntuales como el africano-, representan una oportunidad enorme para el agro argentino ya que el único futuro sustentable es duplicar la productividad en lugares con potencial, como nuestro país. Gracias a la biotecnología se han logrado cosechas extraordinarias a pesar de la acotada disponibilidad de tierras, la menor disponibilidad de agua para riego y los efectos del cambio climático. La producción básica incluso, ha dando respuesta a la demanda de granos para biocombustibles.
El campo argentino está altamente tecnificado y sus productores adoptan rápidamente la tecnología porque saben que de ella depende competitividad, más allá del acoso fiscal y de las variantes del mercado. Claro que hay imponderables que escapan al emprendimiento privado, como es el déficit de infraestructura de transporte, que impacta en los precios finales. Para eliminar este cuello de botella se requieren políticas activas para mejorar aún más la oferta competitiva.
En los próximos 40 años se va a incorporar una población equivalente a dos veces China para alimentar, y aumentan las perspectivas de reducción mundial de la pobreza y mayores niveles sociales con mejores ingresos, lo que les posibilitará acceder a una dieta balanceada. En ese momento la Argentina debe estar al frente de los proveedores, si se actúa ya mirando ese horizonte.
http://www.diariodecuyo.com.ar/ – PNUMA