La denuncia es clara y rotunda por parte de organizaciones ecologistas que acusan al Banco Santander de «financiar la destrucción del espacio natural único de la Amazonía». Como estas mismas asociaciones reclaman, la entidad financiera realiza importantes inyecciones de dinero a JBS, «la mayor empresa cárnica del mundo y una de las grandes causantes de la deforestación de ese gran pulmón del planeta».
«JBS es la primera responsable de la destrucción de la Amazonía y de empeorar el cambio climático. Los del Santander miran para otro lado mientras financian sus actividades y suscriben sus falsos bonos verdes”, reclaman desde estas organizaciones en defensa del cuidado del planeta.
Una denuncia que se ha materializado hoy mismo con la protesta hecha por varios activistas de estas organizaciones frente a la oficina en Madrid donde se encuentran parte de los servicios centrales de este banco.
«El banco Santander mata la Amazonía»
«Acabamos de organizar una protesta en uno de los grandes edificios de oficinas del banco Santander para denunciar que esta entidad sigue financiando la destrucción de la Amazonía, en concreto a través de importantes inyecciones de dinero a JBS, la mayor empresa cárnica del mundo y una de las grandes causantes de la deforestación de ese gran pulmón del planeta«, es la rotunda denuncia por parte de organizaciones ecologistas.
Como explican, la mayor empresa cárnica del mundo, JBS, y el banco Santander «son amiguetes». La primera, siguen, «es responsable de la destrucción de la Amazonía y de empeorar el cambio climático. Los del Santander miran para otro lado mientras financian sus actividades y suscriben sus falsos bonos verdes”, argumentan.
A juicio de esta entidad, la empresa cárnica «se forra deforestando y exportando carne de vacuno al mundo, y siendo líderes en emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero. Y el Santander saca pecho ante sus accionistas por los buenos resultados obtenidos por su filial en Brasil, tras ponerse hasta las trancas con los beneficios que genera financiar al sector agropecuario responsable de la destrucción ambiental».
Tal y como explican en su denuncia ante la sede del banco en una protesta realizada hoy mismo, un solo proveedor de JBS es responsable de la destrucción de más de 1.200 hectáreas de hábitat de jaguar en una zona ecológica protegida conocida como APA Meandros do Araguaia, en el Estado de Mato Grosso. «El Santander lo sabe, pero sigue poniendo la pasta».
Mientras que algunos activistas han utilizado las cristaleras de la fachada exterior, pegando carteles con fotografías de especies animales amenazadas (el jaguar, el manatí amazónico o la nutria gigante), otros activistas se han encaramado a una estructura elevada del edificio donde han desplegado una pancarta con una imagen de un jaguar, donde se lee “Santander nos está matando. El banco Santander financia la deforestación en la Amazonía”.
En el interior del recinto, dos activistas han desplegado una pancarta de mano que reza “Santander: deja de financiar a JBS” junto al nuevo lema global de la entidad, “Es el momento”, unas grandes letras en rojo colocadas a la entrada del edificio.
«JBS, el destroyer de la Amazonía y amiguete del Santander»
Como denuncian desde estas organizaciones ecologistas, detrás de la destrucción de la Amazonía está la expansión de la frontera agrícola y la transformación de la selva en pastos y cultivos de soja. Y entre las empresas responsables destacan a JBS, la segunda mayor empresa alimentaria del planeta, y líder mundial en el sector cárnico.
Presente en Brasil, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, China y otros países, sus cadenas de distribución abarcan una amplia gama de productos (aves, cerdo, vacuno y cordero). «Por este motivo, es también líder en emisiones de metano», un potente gas de efecto invernadero, responsable de aproximadamente el 30 % del aumento global de las temperaturas. A pesar de tener un tiempo de vida más corto en la atmósfera que el CO2, es más eficiente en atrapar radiación, lo que lo convierte en un factor clave en el calentamiento global.
No es la primera vez que estas plataformas medioambientales denuncian a la empresa cárnica. «JBS tiene un largo historial de promesas incumplidas a la hora de limpiar su cadena de suministro de deforestación. En 2009, cuando la escala de la destrucción medioambiental y social de JBS se convirtió en un escándalo mundial a raíz de la publicación del informe Slaughtering the Amazon de Greenpeace International, la empresa se comprometió a eliminar la deforestación (directa e indirecta) en su cadena antes de 2011. Tras incumplir su promesa, JBS movió la fecha y se comprometió a hacerlo para 2025 en la Amazonia y otros biomas brasileños, pero sólo de deforestación ilegal”, recuerdan.
«Sus promesas incluyen que en 2035 toda la cadena de suministro estará libre de deforestación y en 2040 conseguiría cero emisiones netas. En enero de 2025 las promesas de JBS se han esfumado con la llegada de Trump a la Casa Blanca, y un alto responsable de la empresa ha reconocido a la Agencia Reuters que sus promesas no eran tales, sino solo frases aspiracionales», añaden desde estas entidades de defensa de la Amazonía.
El pasado mes de abril se publicó una investigación, de la que se hicieron eco medios de comunicación en Brasil y que ponía en evidencia que el 75% de los proveedores de JBS ubicados en territorio de jaguares en los estados de Pará y Mato Grosso infringieron la legislación forestal en los últimos 5 años. En este sentido, más de 27 millones de hectáreas del hábitat del jaguar en los dos estados se han convertido en tierras de cultivo.