Brasil ha dado un paso significativo —aunque insuficiente para muchos movimientos indígenas— durante la COP30 al anunciar la demarcación de diez nuevas tierras indígenas, una decisión que llega después de intensas protestas dentro y fuera del recinto de la cumbre.
La medida de demarcación, presentada por el Gobierno como una muestra de compromiso climático, ha sido interpretada por las organizaciones indígenas como una “cesión a medias”, pues la lista de territorios en espera de reconocimiento es mucho más amplia y las presiones sobre sus comunidades siguen siendo evidentes.
Las movilizaciones, que reunieron a miles de representantes de pueblos originarios de distintas regiones del país, exigían la demarcación inmediata de decenas de territorios cuya protección se encuentra estancada por trámites administrativos y disputas políticas.
Argumentan que sin la garantía plena de sus tierras, la lucha climática pierde efectividad, ya que los territorios indígenas son las áreas mejor conservadas y más resistentes a la deforestación en la Amazonía. Las protestas lograron colocar el tema en el centro del debate internacional, presionando al Ejecutivo.
Demarcación de tierras indígenas en la COP30: concesión climática o respuesta a la presión en las calles
El Gobierno brasileño anunció la pasada semana en el marco de la cumbre climática de la ONU (COP30) en Belém que llevará a cabo la demarcación de diez nuevas tierras indígenas, después de que la semana pasada miembros de pueblos originarios protestaran contra la falta de acceso a la conferencia y algunos proyectos gubernamentales.
La ministra brasileña de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, aseguró durante un evento que las demarcaciones ya fueron firmadas por el Ministerio de Justicia y que serán publicadas hoy mismo en el diario oficial.
«La demarcación es una de las medidas más eficaces para enfrentar la crisis climática«, afirmó la ministra, quien pertenece a una etnia que habita la Amazonía.
Guajajara apuntó, además, que esta es la COP30 con una mayor participación de pueblos originarios de la historia, con alrededor de 900 miembros registrados y llegados de todo el mundo. «Es necesario que nuestras voces sean escuchadas aquí dentro», dijo.
Fondo Bosques Tropicales para Siempre: miles de millones prometidos y solo un 20 % reservado a comunidades
La ministra destacó como uno de los hitos de esta cumbre, donde se ha acordado esta demarcación, el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés), un instrumento financiero impulsado por Brasil para apoyar la preservación de las selvas de todo el mundo y que plantea reservar el 20 % de sus recursos para comunidades tradicionales.
En ese sentido, Guajajara dijo esperar que, al final de la conferencia, el fondo haya recibido «por lo menos» 8.000 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) en compromisos financieros de otros países.
El anuncio de esta nueva demarcación llega tras varias protestas de pueblos originarios en las proximidades del centro de convenciones donde se realiza la COP30. El martes pasado, un grupo de indígenas y activistas entró a la fuerza en el área restringida de la conferencia, lo que provocó momentos de tensión con el personal de seguridad.
Territorio, clima y justicia: por qué sin pueblos indígenas no hay solución real a la crisis climática
Tres días después, integrantes de la etnia Mundurukú bloquearon por casi cuatro horas la entrada principal en protesta por algunos proyectos del Gobierno brasileño, como el drenaje de ciertos ríos amazónicos para facilitar el transporte de productos agrícolas producidos en el interior del país.
El bloqueo terminó solo después de que el presidente de la cumbre, el diplomático André Corrêa do Lago, se acercara al lugar y entablara un diálogo con ellos. Y de ahí ha salido esta medida de demarcación.
El Gobierno brasileño subraya que la demarcación de estas diez áreas supone un avance real, tanto para la protección de los ecosistemas como para la seguridad jurídica de los pueblos indígenas. Sin embargo, líderes indígenas recuerdan que quedan decenas de territorios sin reconocimiento, muchos de ellos amenazados por la expansión agrícola, la minería ilegal y los proyectos de infraestructura.
A pesar de las críticas, el anuncio marca un punto de inflexión en la COP30. El reto ahora será convertir esta decisión parcial en una política sostenida que garantice la protección integral de los territorios indígenas, actores indispensables para la preservación de la Amazonía y la estabilidad climática global. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com















