Un nuevo estudio revela que el impacto que los humanos están teniendo en la selva amazónica es tan profundo que incluso está cambiando la historia evolutiva y la funcionalidad de los bosques. Buen ejemplo de ello es el que sufre la Amazonía por causa de la huella humana.
Mientras el mundo se reúne en la COP30 para debatir sobre el clima en la ciudad de Belém, a las puertas de la selva tropical más grande del mundo, la atención de los expertos se centra a menudo en el carbono que estos bosques almacenan o secuestran.
Sin embargo, los bosques tropicales son mucho más que carbono: se encuentran entre las mayores reservas de biodiversidad del planeta. Por ejemplo, la Amazonía alberga hasta 16 000 especies de árboles y en una sola hectárea puede haber más de 300 especies. En comparación, el Reino Unido cuenta con tan solo 32 especies de árboles autóctonos y toda Europa con unos 450.
La huella humana es tan profunda que altera la historia evolutiva de la Amazonía
El impacto que los seres humanos tienen en la selva amazónica es tan profundo que incluso está cambiando la historia evolutiva y la funcionalidad de los bosques, señala una investigación que publica Global Change Biology.
El estudio indica que las perturbaciones humanas, desde la tala y los incendios de bosques primarios, a la recuperación forestal tras el abandono de la tierra (bosques secundarios), provocan un cambio integral en esas comunidades arbóreas hiperdiversas.
Los efectos de esa perturbación humana son tan grandes que anulan las diferentes formas que tienen los científicos de observar los cambios en la diversidad, según los investigadores, de las universidades de Lancaster y Oxford (Reino Unido) y de la Universidad Federal de Lavras (Brasil).
La Universidad de Lancaster indica, en un comunicado, que los bosques tropicales son mucho más que el carbono que almacenan o capturan, pues se encuentran entre los mayores reservorios de biodiversidad del planeta.
El Amazonas alberga hasta 16.000 especies de árboles y una sola hectárea suele contener más de 300 especies, mientras que Reino Unido solo tiene 32 especies de árboles autóctonos y toda Europa cuenta con unas 450.
Tala, incendios y bosques secundarios: todas las perturbaciones reducen la diversidad arbórea
Los científicos han desarrollado formas de medir los cambios en la biodiversidad, creando enfoques funcionales que usan características como el grosor de la corteza o la densidad de la madera, para comprender la relación entre las especies arbóreas y su función en el ecosistema, y métodos filogenéticos que evalúan cómo se relacionan entre sí las especies a través de la evolución.
Aunque estos avances «son importantes», cuando se trata de comprender la influencia humana en las selvas tropicales, esta es «tan profunda que todas las medidas están cambiando y es la perturbación, en sí misma, la que determina el grado de cambio», según Erika Berenguer, una de las firmantes del artículo.
Los investigadores tomaron muestras de más de 55000 árboles de diferentes tamaños en 215 parcelas de dos regiones de la Amazonía oriental, que representaban una amplia gama de impactos humanos: bosques primarios intactos, talados selectivamente, quemados y bosques secundarios.
El estudio indica que todas las perturbaciones humanas tenían un impacto negativo en todas las medidas de diversidad arbórea, señala la nota.
Incluso la “gestión sostenible” provoca pérdidas profundas de diversidad en los bosques tropicales
Los resultados ponen de relieve, que incluso las actividades que se consideran de gestión sostenible, «tienen un profundo impacto en la diversidad de los árboles», que constituyen la estructura de un bosque y representan la principal fuente de energía para multitud de otras especies.
Los bosques secundarios a los que se permitió regenerarse tras la tala eran los más distintos, desde el punto de vista ecológico y evolutivo, de sus homólogos primarios no alterados, lo que, según los investigadores, no es sorprendente si se tiene en cuenta que la tala indiscriminada es la forma más grave de alteración humana.
La alteración no solo está provocando un empobrecimiento de la diversidad arbórea, sino que está cambiando la composición de las especies de los bosques amazónicos modificados por el ser humano.
Los resultados del estudio ponen de relieve los efectos perjudiciales de la actividad humana sobre la diversidad de los bosques tropicales y la importancia de proteger las zonas que aún permanecen intactas de la tala selectiva y los incendios forestales.
Proteger los últimos bosques primarios, clave ante la crisis climática y la COP30
La información se conoció el pasado día lunes 10 de noviembre y se hizo, coincidiendo con la inauguración de la trigésima cumbre climática de la ONU (COP30), que se está celebrando en la ciudad brasileña de Belém do Pará.
La alteración de la Amazonía está empobreciendo la diversidad arbórea y modificando la composición de especies de los bosques amazónicos alterados por el ser humano. En estos bosques alterados se observa una mayor prevalencia de especies arbóreas pioneras y una presencia significativamente menor de las más grandes y de crecimiento lento que sí se encuentran en los ecosistemas no alterados.
Las conclusiones del estudio evidencian los efectos perjudiciales que tienen las actividades humanas sobre la diversidad de los bosques tropicales y destaca la importancia de proteger las zonas que aún quedan intactas y que por ahora se han salvado de la tala selectiva y los incendios forestales. Seguir leyendo en ECOticias.com / EFE
















