La cifra de vidas que se ha cobrado la inundación en el estado de Texas no para de aumentar. Por ahora son más de 80 las personas que han muerto, mientras decenas siguen todavía desaparecidas tras esta devastadora inundación que sobre todo ha asolado el condado de Kerr, la zona más afectada. Una zona que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este domingo como zona de emergencia por desastre natural para atender las inundaciones en Texas.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) explicó que en un periodo de apenas 12 horas el viernes se acumularon más de 30 centímetros de precipitaciones, lo que elevó el caudal del río hasta los casi 10 metros de altura. Sin duda, otra consecuencia más de un cambio climático que continuamente se niega por parte de la administración de Trump.
«El concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos, con el objetivo de hacer la industria de Estados Unidos no competitiva. Esta gilipollez carísima del calentamiento global tiene que acabarse. Nuestro planeta se congela, marca temperaturas mínimas históricas y los científicos están atrapados en el hielo», ha argumentado en alguna que otra ocasión.
Siguen aumentando los muertos por las inundaciones en el centro-sur de Texas
Los muertos ya van por más de 80, según han informado las autoridades, mientras cientos de agentes y voluntarios continúan con las labores de búsqueda tras la devastadora inundación que ha sufrido el estado norteamericano de Texas. «Vamos a continuar con las labores de búsqueda hasta encontrar a todo el mundo«, dijo el funcionario en declaraciones a reporteros esta mañana y reconoció que la cantidad de víctimas mortales «va a aumentar».
En Kerr, más de 400 socorristas de 20 agencias distintas del gobierno federal y estatal siguen con las labores de búsqueda y rescate. También se han desplegado alrededor de 500 rescatistas y 14 helicópteros, además de refuerzos de la Guardia Nacional y la Guardia Costera de Texas.
Las autoridades locales no han querido establecer una cifra concreta con respecto al posible número de desaparecidos, ya que en la zona se encontraba acampada mucha gente de fuera de la región con motivo de las festividades del 4 de julio.
A su vez, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este domingo una declaración de emergencia por desastre natural para atender las inundaciones en Texas. La decisión permite que la Agencia Federal de Manejo de Emergencia (FEMA) se active en la zona para apoyar a las autoridades locales y estatales, según indicó la secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, en un comunicado.
En total se ha evacuado ya con éxito a más de 850 personas que han resultado ilesas y a ocho que sí sufrieron heridas en la zona, donde más de 160 rescates han sido por vía aérea. El gestor de la ciudad de Kerrville, en el condado de Kerr, Dalton Rice, explicó ayer que se trata de las peores inundaciones en la zona desde 1987, cuando fallecieron 10 adolescentes.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, solicitó ayer a la Administración de Donald Trump emitir una declaración de desastre federal y declaró un «día nacional de oración» para este domingo.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) explicó que en un periodo de apenas 12 horas el viernes se acumularon más de 30 centímetros de precipitaciones, lo que elevó el caudal del Guadalupe, cerca de Hunt, a su segundo nivel más alto registrado, con 9,9 metros de altura.
Durante el día de hoy, se espera que caigan nuevas precipitaciones, ya que el NWS emitió una alerta de vigilancia por inundaciones hasta las 19.00 hora local y pronostica acumulaciones adicionales de 5 a 10 centímetros de lluvia, con zonas aisladas que podrían alcanzar hasta 25 centímetros en algunas partes.
Ocho metros en menos de una hora… las consecuencias del cambio climático
El agua del río subió casi ocho metros en 45 minutos, llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso. Recibió repentinamente casi 300 milímetros de lluvia por hora, un tercio de la precipitación anual promedio. No hubo alertas ni avisos con la suficiente antelación.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha asegurado que el presidente, Donald Trump, quería «modernizar la tecnología» de las agencias de pronóstico meteorológico y prevención de desastres, a pesar de las críticas del Gobierno por recortar su financiación y eliminar cientos de presupuestos. Al ser preguntada sobre las quejas de los residentes que consideraron que no se les advirtió con suficiente antelación sobre los riesgos de inundación, Noem ha dicho que «transmitiría sus preocupaciones al gobierno federal».
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha declarado el estado de desastre natural, tras visitar la zona afectada. «No descansaremos hasta encontrar a todas las niñas que estaban en esos bungalows», ha declarado el regidor. Las inundaciones repentinas, causadas por lluvias torrenciales que la tierra reseca no puede absorber, son comunes en la región.
Sin embargo, según la comunidad científica, el cambio climático ha provocado que fenómenos meteorológicos como inundaciones, sequías y olas de calor sean más frecuentes e intensos. A mediados de junio, 13 personas murieron debido a las inundaciones en San Antonio, no lejos de la zona afectada del viernes, tras las lluvias torrenciales.
El presidente estadounidense ha negado cualquier vínculo entre los recortes presupuestarios en los servicios meteorológicos nacionales y el elevado número de víctimas. «No lo creo», ha respondido ante una pregunta sobre la conveniencia de recontratar parte del personal despedido en esos servicios. EFE / ECOticias.com