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martes, junio 6, 2023

Hidrógeno verde ‘clave’ para la descarbonización

Siglos de economía, producción y transportes basados en el carbono han creado un sistema interdependiente, complejo e insostenible para el medio ambiente. Su remplazo por otro modelo basado en energías renovables y limpias, no es sencillo. El hidrógeno renovable jugará un papel central en la transición hacia un sistema eléctrico 100% renovable y una economía sin carbono.

Hidrógeno verde ‘clave’ para la descarbonización. El hidrógeno renovable debe ayudar a descarbonizar sectores de nuestra economía en los que la electrificación no es eficiente desde el punto de vista de los costes. O en los que no es técnicamente posible aún. Estamos hablando, por ejemplo, de la industria química, del transporte público o de los servicios en nuestras ciudades.

La “Hoja de Ruta del Hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable” muestra el camino para encajar esta pieza en la matriz energética y productiva del territorio de España antes de 2030.

En la actualidad se producen y consumen en nuestro país alrededor de medio millón de toneladas de hidrógeno (gris) como materia prima y/o vector energético. Una cantidad nada despreciable, sí, pero que se genera completamente a partir de combustibles fósiles.

Y en esto, España está en línea con Europa, donde el hidrógeno representa una fracción aún modesta del mix energético y también mayormente con producción basada en combustibles fósiles (gas natural o carbón), con emisiones estimadas de 70 a 100 millones de toneladas anuales de CO2. Pero las cosas están cambiando y la apuesta por el hidrógeno verde es firme.

Cambiando al Hidrógeno verde

La Hoja de Ruta plantea sustituir los combustibles fósiles, creando como primera palanca de despliegue los clústeres / valles de hidrógeno renovable vinculados a la producción. Y grandes centros de consumo locales de hidrógeno. En lugar de desarrollar hubs de producción centralizados que pueden penalizar económica y medioambientalmente.

Esto permitiría no solo la reducción inmediata de emisiones de gases de efecto invernadero del sector industrial, sino que también contribuiría a:

  • Una muy necesaria vertebración (verde) del territorio, gracias a la creación de ecosistemas locales vinculados a la I+D+i del nuevo vector energético limpio.
  • Creación de oportunidades, proyectos innovadores y nuevos negocios en torno a la demanda ya existente de hidrógeno, especialmente en las PyMES.
  • Reducción de los costes económicos y medioambientales del transporte de energía, una asignatura histórica pendiente de nuestra economía.
  • La alineación de España con los objetivos de la Estrategia Europea de Integración de Sistemas Energéticos.

¿Y las islas y los sistemas más aislados?

Quizás estaréis pensando qué ocurrirá con las islas y zonas más o menos aisladas. Los territorios insulares tienen una fuerte demanda energética estacional (especialmente en el verano), que los hace muy dependientes de los combustibles fósiles para el transporte y la generación de electricidad (mayores aún por las barreras geográficas).

La “Hoja de Ruta” abre el camino a una producción local de hidrógeno renovable por electrólisis en estas zonas, que no solo reducirá su mayor dependencia de las actuales fuentes fósiles y del transporte de energía, sino que generará un efecto multiplicador en la economía local:

  • el recurso al hidrógeno renovable será la piedra de toque de modelos de turismo más sostenibles, impulsando también proyectos piloto e iniciativas comerciales;
  • creará ventajas competitivas en la cadena de valor de las economías insulares vinculadas directa o indirectamente a un sector, el del turismo, clave para España.

Los primeros pasos: menos barreras y una regulación más eficiente

Tanto a partir de la creación de clústers asociados a la demanda local y la generación en las islas, la “Hoja de Ruta” plantea la vertebración territorial de nuestro país a partir de la producción local de hidrógeno renovable. La nueva pieza encajará más fácilmente en el puzzle de la transición energética cuanto menos sean las barreras administrativas y regulatorias.

Esto no significa renunciar a la protección medioambiental, sino construir una regulación eficiente, y disponer de un marco regulatorio de certificación a nivel europeo que permita comprobar la huella medioambiental a lo largo del ciclo de vida del vector hidrógeno y que la vez incentive la inversión con reglas claras, mostrando claramente sus ventajas sobre otras formas de hidrógeno.

Una regulación eficiente y eficaz abrirá el camino a herramientas fiscales o financieras que funcionarán como incentivos adicionales para la implantación del hidrógeno renovable en el corto y medio plazo, en un círculo virtuoso de aceleración de la Hoja de Ruta y de consecución de sus objetivos. Hidrógeno verde ‘clave’ para la descarbonización

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