Tras cumplir 336 horas de vuelo continuo, el avión no tripulado Zephyr, que funciona con energía solar, aterrizó sobre una base del Ejército de Estados Unidos, en Arizona.
El prototipo solar británico inició su prueba el pasado 9 de julio y el viernes aterrizó en la pista del Campo de Pruebas del Ejército en Yuma a las 16.00 horas. “Estamos realmente encantados con los resultados”, dice Jon Saltmarsh, el director del proyecto. “Es la culminación de muchos años de esfuerzo de un gran número de científicos e ingenieros con mucho talento”, añade.
Por su parte, la empresa fabricante QinetiQ dijo que el avión cumplió un vuelo de 336 horas y 24 minutos, tres minutos menos que el realizado por el Ejército. El Zephyr ha batido todas las marcas mundiales de duración de vuelo y ha cuadruplicado su récord, no oficial, de 82 horas y 37 minutos, establecido en 2008
Los cielos despejados a 60 mil pies de altitud permitieron al avión solar cargar sus baterías manteniendo sus motores en funcionamiento. Por la noche, Zephyr perdió algo de altitud pero la energía en reserva fue más que suficiente para mantener el avión en el aire.
El récord mundial oficial hasta hoy para el vuelo de una aeronave sin tripulación era el establecido el 22 de marzo de 2001 por el RQ-4A Global Hawk, de Northrop Grumman, con 30 horas y 24 minutos.
El Zephyr continuó volando con energía solar que se obtiene de paneles solares de silicona amorfa, delgados como hojas de papel y que cubren las alas del avión.
Los mismos paneles recargan baterías de litio y azufre y éstas dan energía para la operación durante la noche. El modelo que sobrevoló el Campo Yuma es casi un 50 por ciento más grande que su predecesor, de forma que puede acomodar más baterías y un sistema mejorado para el manejo de la energía.