El desafío es tan inmenso como los paisajes de Arizona. Dos empresarios están estudiando un proyecto un poco loco: construir una vía férrea de alta velocidad entre Phoenix, capital del estado, y Tucson, segunda ciudad de Arizona. Para proporcionar energía al «Solar Bullet» («Bala Solar»), un tren que podrá circular hasta 350 km/h, apuestan por un recurso gratuito y abundante en este estado al suroeste de los Estados Unidos: el sol.
Se construirían unos paneles solares por encima de las vías de ferrocarril, que proporcionarían electricidad al tren y también a los habitantes de las ciudades comunicadas. Se reservarían dos vías a los trenes, para que no realicen ninguna parada entre Phoenix y Tucson, y reducir así el trayecto a media hora, en lugar de las dos horas y media actuales. Otras dos vías se utilizarían por los trenes que se detienen en las ciudades intermedias. Los promotores del «Solar Bullet» esperan verlo funcionar en 2018. Sólo falta reunir los 27 millones de dólares necesarios para su construcción.
Después de haber enlazado Phoenix y Tucson, el «Solar Bullet» podría seguir su recorrido un poco más hacia el norte, en dirección al Gran Cañón del Colorado. Los miles de turistas que acuden allí cada año podrían contemplar desde su asiento los extraordinarios paisajes desérticos de Arizona.
El «Solar Bullet» no es todavía más que un proyecto, pero es la señal de una revolución cultural en un país que siempre ha apostado por el avión y las autopistas. A principios de 2010 el presidente Obama anunció un amplio plan de vías de alta velocidad que atravesarán el país. Una manera de luchar contra las emisiones de gases con efecto invernadero, sin restringir la movilidad de los habitantes del país.