ANPIER considera que este nuevo escenario, en el que la UE considera necesario crear un grupo de trabajo ad hoc para analizar la normativa energética española e incluso se plantea
El Comisario Europeo de Energía, el Alemán Günther Oettinger, se reunió ayer con Miguel Ángel Martínez-Aroca, Presidente de ANPIER. El Comisario va a estudiar, en materia energética, un grado mayor de intervención en la economía española, a fin de asegurar la previsibilidad y la estabilidad regulatoria para el sector y afirmó que contactaría con el Ministro de Industria del Gobierno de España, Sr. Soria, para crear un grupo de trabajo, supervisado por la propia Comisión, para que establezca un nuevo marco regulatorio energético que aporte seguridad y previsibilidad en la normativa de aplicación para el sector. El asunto, además, ha llamado la atención de otros miembros de la comisión, en este sentido el comisario Barnier ha comunicado su interés por la difícil situación que esta viviendo la fotovoltaica en españa.
ANPIER considera que este nuevo escenario, en el que la UE considera necesario crear un grupo de trabajo ad hoc para analizar la normativa energética española e incluso se plantea una intervención en nuestra economía en el ámbito de la energía, son argumentos suficientes como para retrasar la salida del nuevo marco regulatorio del sector.
Un país sin un modelo energético adecuado es un país sin futuro. El 80% de la energía que consumimos en España proviene de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) y el 79 % de nuestras necesidades energéticas se satisfacen con materias importadas. Estos dos enormes desequilibrios tienen consecuencias críticas para el entorno y para la competitividad de nuestras empresas.
Además, los ciudadanos españoles soportan una de las tarifas más caras de Europa, según datos de la agencia estadística europea, Eurostat, a pesar de que nuestra renta per cápita está entre las más contenidas de la zona euros. Entre 2006 y 2011, el precio de la electricidad para los consumidores domésticos españoles, aumentó un 70%, mientras que en el área euro subió un 20%.
A pesa de todo ello, se ha generado un déficit de tarifa de 24.000 millones de Euros, que se ha pretendido achacar a las primas a las renovables, falacia que tuvo que desmontar la propia Comisión Europea, que en su Evaluación del programa nacional de reforma y del programa de estabilidad de España para 2012, del pasado día 30 de mayo, advierte que “La suspensión de las ayudas a las energías renovables desalienta la inversión en el sector y hará difícil que España alcance sus objetivos energéticos y climáticos en el marco de la Estrategia Europa 2020. Por otra parte, con una menor proporción de energías renovables, la dependencia de España de la energía importada aumentaría respecto de la tasa actual del 79%”
Y sin embargo, las grandes compañías eléctricas que operan en España generan, año tras año, grandes beneficios que sirven, entre otras cosas, para realizar numerosas campañas de patrocinios, publicidad y comunicación y para mantener nutridos consejos de administración y consejeros entre los que no faltan, a pesar de ser poco estético, expresidentes y exministros de anteriores Gobiernos.
Por otra parte, el gravísimo desastre de la central nuclear de Fukushima ha supuesto un cambio en el paradigma energético internacional. Alemania, la locomotora europea, ha anunciado que incluso adelantará el apagón de la energía nuclear, para convertirse en el gran abanderado de las energías renovables en general y de la energía solar en particular.




















