Los árboles del futuro prometen mucho más que oxígeno y sombra. Nos otorgarán algo mucho más importante. En el último tiempo, el sector energético ha estado marcado por un aumento de las tecnologías destinadas a la producción de electricidad sin dañar el medio ambiente. Durante décadas, recurrir a combustibles fósiles para cubrir nuestras necesidades energéticas ha sido lo habitual. Sin embargo, actualmente estamos pagando un precio demasiado alto por haberlo hecho: cambio climático y calentamiento global.
Necesitamos nuevas formas de abastecimiento: Los árboles podrían ser la clave
Tras exponerse la existencia de estos extraños conos que generan 20 veces más energía que los paneles solares, el foco está puesto sobre los árboles del futuro. El mundo ya está siendo testigo de la increíble transformación que se está viendo tanto en la zona rural como urbana.
Los edificios han empezado a teñirse de negro al colocar paneles solares en sus terrazas y tejados, mientras que los terrenos rurales han sido invadidos por imponentes turbinas eólicas. La revolución energética ya está teniendo lugar.
Por su parte, los árboles también contribuyen a la reducción de emisiones contaminantes absorbiendo dióxido de carbono a través de dos procesos. El primero es la fotosíntesis. Consiste en la absorción de CO2 mediante sus hojas. Lo usan junto a la luz solar para generar alimento.
En el proceso, el CO2 se transforma en glucosa y oxígeno, que se libera nuevamente a la atmósfera por medio de la respiración. Además del proceso de fotosíntesis, los árboles también almacenan CO2 en el interior de su estructura. Conforme los árboles crecen, acumulan carbono en su tronco, ramas y raíces.
El carbono pasa a ser una forma estable y duradera, lo que quiere decir que se conservará fuera de la atmósfera por muchos años. En este contexto, una compañía se ha sentido inspirada a crear una tecnología generadora de energía con forma de árbol.
De esta manera, los árboles del futuro ofrecerán creación de energía, en lugar de oxígeno o sombra, recursos que seguirán originando los árboles naturales convencionales.
Árboles a la altura de los paneles solares y las turbinas eólicas
Hace más de una década que la compañía New World Wind trata de imponerse en el sector energético con una idea innovadora. Su premisa es clara y sencilla de entender. Fabrica estructuras artificiales que imitan a la naturaleza para abastecer de energía frente a cualquier necesidad.
Un concepto que no podemos perder de vista es Aeroleaf, el término que emplea la firma para categorizar la primera microturbina que reinventa la energía eólica. Está compuesto por una doble pala con un eje vertical similar a una hoja.
Siguiendo esta línea, hace uso de un microgenerador síncrono con imanes permanentes para girar y capturar la potencia del viento a 360 grados. La rotación de su hoja mecánica no produce ruido, puesto que no emplea correas de engranajes y tampoco tiene inercia.
Por lo tanto, aprovecha lo máximo posible el viento disponible, incluso cuando este es débil o turbulento. El árbol Aeroleaf puede comenzar su funcionamiento cuando la velocidad del viento llega a los 2,5 metros por segundo (5,6 mph) y eso quiere decir que puede desempeñar su función hasta 300 días por año en la mayoría de las ubicaciones.
Varias de sus hojas pueden utilizarse en paralelo para conformar centros de recolección más grandes. Además, es posible combinar esta tecnología con un panel, también diseñado con una forma natural, similar a un pétalo. Los pétalos se colocan en la base de la hoja. Su inclusión permite la producción de energía solar y eólica en simultáneo.
Árboles creadores de energía, lo que faltaba para impulsar la transición
La compañía asegura que tanto la tecnología Aeroleaf como su pétalo fotovoltaico soportar la intemperie y no representan ninguna amenaza para los seres humanos o animales. Sumado a esto, es posible personalizar la tecnología con colores afines al consumidor.
Existe una gama amplia de productos basados en la tecnología Aeroleaf, como el arbusto de viento (WindBush), el árbol de viento (WindTree) y palma de viento (WindPalm). Los árboles del futuro no darán oxígeno ni sombra, sino algo mucho más importante: energía renovable. Mientras este futuro se gesta, Estados Unidos tiene algo entre manos.
















