Asia atesora un lugar privilegiado en el campo de las energías renovables. La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) actualizó recientemente sus Estadísticas 2025. Lo hizo a través de un documento que registra la temperatura a la transición renovable, país por país, y tecnología por tecnología. Tras la ejecución del cálculo, el primer dato destacado fue que más del 70% del crecimiento en capacidad de energías renovables de 2024 tuvo lugar en Asia. Hasta el 71% de la nueva potencia renovable instalada a nivel global en 2024 creció en esta ubicación. En la lista, siguen Europa (12,3%) y América del Norte (7,8%).
La clave para una transición exitosa, más allá de la producción de energías limpias, está en Asia
Tras saberse que produjo energía surfeando olas de 3 metros, ha salido a la luz el nuevo proyecto de Asia. China es la protagonista, porque está apostando por autopistas eléctrica UHV capaces de difundir energía a 1500 km en 0,005 segundos. Tiene capacidad para movilizar energía a 5 veces más distancia con un 75% menos de pérdidas.
La tecnología de Ultra alta Tensión (UHV, por sus siglas en inglés) ha hecho posible esta realidad. Lleva electricidad a distancias extremas con pérdidas mínimas. En corriente alterna (CA), hablamos de tensiones de 1000 kilovatios. Por otra parte, en corriente continua (CC) de ±800 kilovoltios o más.
Dichas cifras resultan cruciales para países como China. Lugares como este en los que las fuentes renovables están localizadas a miles de kilómetros de los núcleos de consumo más grandes. La UHV permite bajar las pérdidas de energía hasta un 75% comparado con los métodos de alta tensión convencionales.
A escala de red, esto se traduce en un menor desperdicio de electricidad y un empleo más eficiente de recursos renovables.
Transportar energía en China: El nuevo sistema con el que Asia se convierte en referente de todo el mundo
En China, más del 80% de los recursos de energía están ubicados en las regiones occidental y septentrional, reporta EcoInventos. En estos espacios, abunda el Sol, el viento y el agua. No obstante, más del 70% del consumo sucede en el este y el centro industrial del país.
Dicha desigualdad geográfica ha derivado en un plan significativo. Es la propuesta “Transmisión de electricidad de Oeste a Este”. Conecta fuentes renovables remotas con los centros de urbanos e industriales a través de línea UHV.
La red actual, con más de 40 000 kilómetros de línea UHV en marcha y capacidad para movilizar más de 30 billones de kilovatios-hora, ha transformado a China en el líder mundial indiscutible en esta tecnología. Además de su escala, resalta por su estabilidad.
En las últimas décadas, no ha reportado ningún apagón masivo como sí se han registrado en otros puntos del mundo. Países como Estados Unidos o Japón también probaron las bondades de proyectos UHV. Sin embargo, terminaron abandonándolos por falta de viabilidad técnica o económica. En Asia, ocurrió lo contrario.
China ha persistido en el uso de esta tecnología. Más de 500 000 personas participaron en el proceso de investigación, desarrollo y construcción. China sobrepasó 310 desafíos tecnológicos clave, desarrollando equipos capaces de operar a las tensiones más elevadas del mundo.
Asia domina una tecnología clave para impulsar las energías limpias
En la actualidad, China domina la tecnología, pero también desarrolla transformadores de mayor capacidad, sistemas de protección avanzados y mecanismos de construcción adaptados a contextos extremos. Materialización clara de esto es el tramo de UHV de Jinshang a Hubei oriental, con 1901 kilómetros.
Pasa por altitudes extremas en el Tíbet y Sichuan, obligando a diseñar soluciones logísticas casi de expedición científica. El progreso de la UHV está íntimamente asociado a la expansión de las energías renovables.
A causa de esta tecnología, China ha podido incorporar grandes parques solares y eólicos remotos, sobre todo en zonas como Qinghai, Gansu o Mongolia Interior, a la red nacional. Proyectos que ha llevado a cabo sin necesidad de utilizar combustibles fósiles a modo de respaldo.
La Ultra Alta Tensión va más allá de una proeza técnica. Se alza como una herramienta estratégica contra la crisis climática. Esta apuesta de Asia abre nuevos caminos que permiten avanzar hacia un modelo energético más limpio y eficiente.
Permite una integración masiva de renovables, reducción de emisiones, mayor seguridad energética y un impulso a la electrificación. Podría ser justo lo que necesitaba la humanidad para entablar una transición exitosa, más allá de la generación de energías limpias. En paralelo, aseguran que Asia ha dado un megasalto al año 2100, con creando billones de puntos de energía.