En la actualidad, España cuenta con un protocolo de cierre para todas sus centrales nucleares que se inicia con Almaraz entre 2027 y finaliza en 2035 con Vandellós y Trillo. Estos plazos se podrían alargar hasta 10 años, que es lo que los expertos aconsejan que se haga.
Aunque esta decisión del cierre de las nucleares se tomó en 2019, en la actualidad el contexto internacional ha cambiado 180 grados, lo que ha obligado a Europa a hacerse una serie de replanteamientos respecto a las decisiones del pasado.
Estos replanteos no solo tienen que ver con factores de índole comercial o de defensa, sino también en el ámbito de la autonomía energética y, por tanto, en el rol que la energía nuclear tiene en el mix energético de todos los países miembros.
10 años más para las nucleares
Expertos de PwC España e IDOM han apostado por mantener las nucleares al menos diez años, dado que juegan un papel fundamental para garantizar la demanda y el control de la red, y optar por un suministro combinado con renovables al ser necesario trabajar más en el almacenamiento y el bombeo, «el gran punto pendiente».
Los proyectos de bombeo «no se desarrollan y construyen de la noche a la mañana, pueden llevar fácilmente 5 o 7 años solamente al desarrollo«, por lo que es necesario un suministro combinado de renovable y nuclear, según ha indicado en declaraciones a los medios Óscar Barrero, socio responsable de energía en PwC España, antes de participar en una jornada de la Comisión de Energía de CEOE Aragón y Cámara Zaragoza para analizar el papel de la nuclear en el contexto energético actual.
En la sesión también ha participado Óscar Larrosa, director del Área Técnica Nuclear y de Proyecto en IDOM, que desarrolla proyectos nucleares en más de 15 países, quien ha añadido que la energía nuclear, que la Unión Europea considera «verde», está «aceptada» a nivel internacional y se están construyendo «más de 60 reactores y hay otros 113 planificados».
Existe «una clara apuesta por la energía nuclear a nivel mundial«, ha dicho, toda vez que ha abogado por los Small Modular Reactors (SMRs) -reactores modulares pequeños-, un cambio de paradigma frente a los grandes reactores, con un rango entre 500 y 300 megavatios, y más seguros.
Momento crítico para la nuclear
Con más de 23 años de experiencia en consultoría energética y especializado en regulación, mercados y transformación empresarial, Barredo ha reconocido el «momento crítico» que se vive en la transición energética, y a raíz del apagón del pasado 28 de abril, y el debate sobre la permanencia de la nuclear, especialmente en los próximos años.
A su juicio, es necesario «prolongar algo más el calendario de cierre actual» de las nucleares, probablemente por un periodo de 10 años «y no más», que es el tiempo que autoriza, previo análisis, el Consejo de Seguridad Nuclear.
Ha incidido así en la necesidad de abordar el impacto del cierre de las nucleares en términos económicos, dado que el 50 % de los costes que supone hoy operar una central nuclear corresponden con tasas e impuestos; así como el medioambiental, en el que han ahorrado en los últimos 10 años en CO2 «lo mismo que todo el parque móvil de España», o en la seguridad de suministro.
En este sentido, ha indicado que el parque nuclear ha sufrido una carga en términos de tasas e impuestos «muy excesiva», que compromete su viabilidad, por lo que es importante entender que los operadores de las centrales «no están dispuestos a continuar si no hay una rebaja sustancial en la carga fiscal que hoy soportan».
«Lo que está claro es que solo con renovables, a día de hoy, no somos capaces de operar. Con renovables y con almacenamiento, ya veremos, pero vamos muy lentos -ha dicho- respecto a lo que es la incorporación del almacenamiento, que no solo son baterías, y de bombeos». Por tanto, la potencia de almacenamiento que se necesitaría para poder sustituir las nucleares en el caso de que técnicamente fuera viable «no sería inferior a 10 años», ha agregado.
Por ello, ha ahondado en la necesidad de «ganar tiempo» y mientras tanto, las nucleares juegan un papel “fundamental” y están «en las mejores condiciones y posicionadas como de las más eficientes que hay a nivel mundial». Por lo tanto, ha considerado que «no es conveniente prescindir» de ellas, ya que se requiere «potencia firme y capacidades de generación síncrona para mantener la red en un entorno estable».
La apuesta por las renovables no debe decaer
Larrosa ha recordado que para tener en 2050 cero emisiones, la única manera viable es «el binomio renovables-nuclear». Ha explicado además el cambio de paradigma en la energía nuclear, con los SMRs que capitalizan la experiencia de otros sectores para hacer más rentable, economizar y acortar costes y plazos de construcción y hacer más accesible la energía nuclear con un rango entre 500 y 300 megavatios. Estos SMRs incorporan características intrínsecas en el diseño que evitan, ha apuntado, que muchos de los accidentes que ocurrieron en el pasado «ahora mismo no puedan ocurrir».
Además, con estos SMRs, para los que actualmente hay 85 diseños, se busca también suministrar, aparte de electricidad, calor y otras fuentes de energía para cubrir las necesidades específicas que países, corporaciones o grandes complejos industriales puedan necesitar en un futuro.
Y en este sentido, ha puesto como ejemplo los centros de datos y ha indicado que en Estados Unidos hay «una clara apuesta» y Microsoft está en negociaciones con operadores nucleares para suministrar energía tanto eléctrica como refrigeración a través de energía nuclear. EFE / ECOticias.com