Luego de sorprendernos con un misterio de Reino Unido, este país está nuevamente en la mira, pero ahora se trataría de un problema muy grave, relacionado a la energía eólica marina, la cual al parecer no es tan segura como creíamos, pero ¿Qué ha sucedido?
La llegada de la energía eólica marina
Con el paso del tiempo y los avances en transición energética, la energía eólica marina ha ido ganando protagonismo como una solución sostenible y eficiente para generar electricidad en lugares de todo el mundo.
Una de las principales ventajas de esta tecnología es el ahorro económico, pues el viento es un recurso gratuito a diferencia de los sistemas tradicionales de energía.
En este contexto, este tipo de energía se ha vuelto una alternativa viable y sostenible para muchos países, sin embargo, en Reino Unido, esta fuente se enfrenta a un problema inesperado: la presencia de bombas de la Segunda Guerra Mundial en el fondo del mar.
El peligro en el fondo del mar
Actualmente, el Canal de la Mancha y el Mar del Norte albergan aproximadamente 300.000 artefactos explosivos sin detonar, los cuales se encuentran en el lecho marino desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Sucede que durante el periodo comprendido entre 1940 y 1941, Alemania llevó a cabo una campaña de bombardeos contra el Reino Unido, conocida como el ‘Blitz’, con el propósito de desmantelar la capacidad industrial británica.
Pese a esto, las bombas que se encuentran en estas aguas no son exclusivamente de origen alemán. Una parte significativa de estos artefactos son minas submarinas británicas y municiones explosivas de los bombarderos aliados que regresaban a sus bases en el Reino Unido, ya que en ocasiones no lograban liberar su carga mortal sobre los objetivos designados.
En esos casos, por razones de seguridad, las aeronaves que no cumplían con su misión optaban por arrojar su peligroso cargamento al mar antes de aterrizar, llevando consigo toneladas de bombas.
La situación es más grave de lo que parece
Este problema es mucho más grave de lo que parece ya que además de contaminar el ecosistema marino, estas bombas pueden explotar cuando se manipulan durante la construcción de los parques eólicos.
Esta situación sin duda pone en peligro la seguridad de los trabajadores y la integridad de los parques eólicos, por lo cual las bombas deben ser removidas antes de que los proyectos eólicos puedan seguir adelante.
Por su parte, la ministra de Marina, Emma Hardy, manifestó que las detonaciones “de alto orden” de armas inactivas deberían considerarse como el último recurso, instando a la industria a adoptar alternativas más silenciosas.
Según los expertos, las grandes explosiones pueden resultar letales para ballenas, delfines y otras criaturas marinas, además de que el ruido generado puede alterar su comportamiento.
El gobierno está buscando soluciones
El gobierno se encuentra colaborando con la Corona y con representantes de las industrias de explosivos con el propósito de probar y desarrollar nuevas tecnologías más silenciosas para la desactivación de bombas.
Ross Ovens, director general de energía eólica marina de ScottishPower Renewables indicó lo siguiente:
«La colaboración entre el Gobierno y la industria es clave para acelerar la construcción de proyectos de energía limpia en alta mar. De hecho, el Gobierno se ha asociado con las industrias de explosivos y de energía eólica marina para probar y desarrollar tecnologías nuevas y más silenciosas para la eliminación de bombas, y para poner a prueba los límites de ruido propuestos durante la construcción de energía eólica marina”
Por otra parte es importante destacar que, a pesar de estas problemáticas, las energías renovables contribuyen significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la mitigación del cambio climático.
Sin embargo, es muy importante abordar este desafío para que la energía se siga produciendo de una manera segura tanto para los trabajadores como para el ecosistema marino.
En conclusión, los proyectos de energía eólica marina siguen siendo un gran avance para la transición a energías más limpias, al igual que esta turbina que promete dar 20 años de luz gratis, pero antes de continuar es importante resolver todos los desafíos.