En plena transición energética, han descubierto una nueva energía que viene del cielo. No es fotovoltaica, sino “húmeda” y podría llegar a España. Si te sorprendió el invento que calienta electricidad y produce energía, no puedes perderte lo que viene a continuación. Actualmente, vivimos en un momento de intensa búsqueda de nuevas formas de energía. Ya resulta evidente que los combustibles fósiles están quedando en desuso para dejar espacio a nuevas alternativas más limpias.
La emergencia climática y las obligaciones de los tratados internacionales están frenando el uso de los fósiles que, aunque eficientes, presentan una huella ambiental elevada. Es así como la humanidad ha llegado a una instancia de transición energética que avanza debido a que los combustibles fósiles liberan gases contaminantes como el benceno-pireno, dióxido de carbono, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono.
Con la salida de las vías tradicionales para obtener abastecimiento, el ser humano necesita encontrar cuantas más fuentes de energía mejor. Bajo estas circunstancias, están llegando descubrimientos jamás pensados como solución a la creciente demanda energética que vive el mundo.
Esta nueva energía viene del cielo y podría ser lo que necesita España
El profesor Jun Yao, de la Universidad de Massachusetts (UMass) Amherst, reveló una energía inaudita mientras trabajaba en un sensor para la humedad del aire. No se trataba de un proyecto complejo, pero las conclusiones a las que se llegaron hicieron historia. Mientras operaba en el dispositivo, un estudiante se olvidó de enchufarlo. Sin embargo, Yao y el resto de los presentes quedaron impactos al ver que el conjunto de tubos microscópicos y nanocables siguió desprendiendo una débil señal eléctrica.
Desde entonces, han seguido investigando sobre el tema con resultados prometedores. Fue así como llegó la expresión crear electricidad de “la nada”. Fue acuñada por la UMAss, que, a comienzos de 2020, se encontraba orgullosa del logro alcanzado por sus investigadores. Crearon un dispositivo que utilizaba una proteína natural para producir electricidad de “la nada”. Aunque este concepto se torna interesante, lo cierto es que en realidad se refería a un hecho mucho más convencional, aunque no por ello menos sorprendente: la humedad del aire.
Su trabajo fue publicado en Natura, donde el ingeniero Jun Yao y el microbiólogo Derek Lovley explicaron cómo habían alcanzado un dispositivo con nanocables de proteína cultivados a partir de la bacteria Geobacter sulfurreducens. Dieron nombren a su aportación: Air-gen. Al conectar electrodos con los finos conductos, de unos micrones de espesor, provoca una corriente eléctrica a partir de la humedad.
“Estamos literalmente creando electricidad de la nada”, fue la exclamación de júbilo de Yao. La tecnología presentada no era contaminante y brindaba una solución renovable y asequible capaz de producir energía incluso en interiores y zonas particularmente secas, como el desierto del Sahara. Entonces, su objetivo ya pasaba por dar un paso más allá y llevar su creación a una escala comercial, creando dispositivos capaces de alimentar pequeños aparatos electrónicos.
España podría probar esta nueva energía que viene del cielo
El equipo UMass no se conformó con este descubrimiento y continuó investigando para llegar mucho más lejos. Siguiendo este camino, han logrado nuevos hallazgos y publicado un artículo en Advanced Materials. Su estudio ha mostrado que casi cualquier material puede transformarse en un dispositivo capaz de captar electricidad a partir de la humedad. Para conseguirlo, pasaron de los nanocables a perforaciones diminutos.
La clave radica en la inclusión de nanoporos con un diámetro inferior a 100 nanómetros, menos de la milésima parte de un cabello humano. “De lo que nos dimos cuenta tras hacer el descubrimiento del Geobacter es de que la capacidad de generar electricidad a partir del aire, lo que llamamos ‘efecto Air-gen’, resulta ser genérica: literalmente, cualquier tipo de material puede cosechar electricidad del aire, siempre que tenga una propiedad determinada”, expuso Yao celebrando que así se abren “todo tipo de posibilidades”.
En definitiva, esta nueva energía “húmeda” que viene del cielo podría ser justo lo que España, y el mundo entero, busca para mitigar el cambio climático y el calentamiento global.
