España podría decir adiós a una energía renovable este año. Esta situación está generando una preocupación máxima en el entorno. Nadie entendió la aparición del nuevo material que se transforma en 5 y produce energía renovable. Sin embargo, se aceptó por la necesidad que tiene el mundo de recurrir a las energías renovables. Se han convertido en un pilar fundamental en la matriz energética de España, un territorio con abundantes recursos naturales y un ferviente compromiso con la sostenibilidad.
Uno de los motivos por los que las energías renovables son tan importantes es la necesidad de diversificar su matriz energética. Recurrir a los combustibles fósiles fue útil en el pasado (especialmente si hablamos del petróleo y el gas natural), pero ahora se busca obtener energía y cuidar el entorno al mismo tiempo. Depender de este tipo de combustibles convertía España en una zona vulnerable a las fluctuaciones de precios y la volatilidad geopolítica.
La transición hacia las energías renovables permite bajar esta dependencia que tantos efectos negativos ha traído, como el calentamiento global y el cambio climático. El enfrentamiento contra el cambio climático no se ciñe a un problema local, sino mundial. Optar por las energías renovables es un paso más hacia el mitigamiento de esta realidad que asola el mundo y lo convierte en un lugar más oscuro para vivir.
2024 podría ser el fin para esta energía renovable en España
El sector de la biomasa está en grave peligro. La Orden reconoce un aumento de los costes del 3% en los últimos tres años, cuando estos costes han subido realmente más de un 40%. El sector de la biomasa nacional ha recibido con la Orden TED/526/2024 un fuerte revés que aboca al cierre de cientos de empresas y pone en una tesitura complicada más de 30.000 empleos.
Tras meses trabajando a pérdidas por un retraso en la aprobación de la metodología del cálculo de su retribución, según registra El Periódico de la Energía, las cifras publicadas no corresponden con la realidad del sector. La Orden sí ha reconocido una subida de los costes de operación y mantenimiento del 3% en los últimos tres años, una cifra por debajo incluso del IPC. Advierte que, en realidad, estos costes han subido realmente más de un 40%.
Particularmente, el coste de adquisición de la tonelada de biomasa reconocido por la orden, 58 euros, es muy inferior al coste real de 70 euros. La diferencia, superior al 20%, puede llevar a cientos de pequeñas y medianas empresas al final, siendo incapaces de financiar sus pérdidas operativas y dejando sin trabajo a 30.000 personas.
También corren peligro actividades del mundo rural como la gestión de residuos agrícolas y ganaderos o la prevención de incendios al no recogerse la biomasa forestal que sobra.
Esta energía renovable pasa por su peor momento en España
“La biomasa es una tecnología de generación que puede funcionar las veinticuatro horas del día y juega un papel crucial en la valorización de residuos agrícolas y ganaderos, así como en la limpieza de bosques, algo fundamental de cara al verano, por lo que no se entiende la decisión del Ministerio, que arrastra a las empresas a su restructuración o incluso al cierre, provocando un efecto dominó sobre los proveedores”, declara José María González Moya, director general de APPA Renovables.
“Como sector, reclamamos al MITERD que actualice con urgencia los parámetros, reconociendo los costes reales que enfrenta esta tecnología”, agrega González Moya, según recoge la web de la Asociación de Empresas de Energías Renovables.
De esta manera, España podría perder esta energía renovable (biomasa) este año. De hecho, también se verían afectados los valores de los residuos agrícolas, ganaderos y forestales.