Una energía considerada limpia ha comenzado a ser peligrosa y podría quedar fuera de las renovables. Ante la difícil tesitura en la que nos ha dejado la quema de combustibles fósiles, nos encontramos en la necesidad de buscar nuevos tipos de energía renovables, en muchas ocasiones buscando también la autosuficiencia.
Las energías renovables son la solución ideal para disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y moderar los efectos nocivos del cambio climático. Cambiar la forma de obtener energía por las renovables viene acompañado de numerosos beneficios a nivel individual y global, como una contribución a la sostenibilidad, reducción de emisiones, independencia energética, ahorro económico y creación de empleo.
En esta búsqueda instaurada, han ido apareciendo diferentes maneras de abastecernos, pero hay una que ya no es vista como una opción tan viable como antes.
Una energía que antes se veía como renovable, ahora es tachada de peligrosa
Un invento inglés fue el precursor de la energía hidroeléctrica, lanzando su primer proyecto en 1878, con una planta eléctrica en las Cataratas de Niágara. Pronto llegarían más a lo largo de todo el mundo. Durante la mayor parte del siglo XX, la hidroelectricidad fue vista como la única fuente de energía libre de carbono y llegó a abastecer más del 90% de la electricidad a una docena de países más pequeños.
Este precedente llevó a la energía hidroeléctrica a tener una gran popularidad en el siglo XXI, momento en el que se incluyó en varios presupuestos climático. En 2022, solo las represas de china produjeron 1.300 teravatios hora de electricidad, una cantidad que habría sido suficiente para cubrir las necesidades energéticas de todo el mundo en 1950.
Conforme hemos necesitado más electricidad, la participación de la hidroeléctrica ha ido cayendo. Al mismo tiempo, han aparecido dudas respecto a su seguridad y su impacto ambiental. En 2010, las represas producían el 20% de la energía mundial, mientras que hoy solo ostentan el 15%. ¿Podría entonces la hidroeléctrica quedarse fuera de las renovables?
Energía hidroeléctrica: sale de las renovables por varias razones
Aunque todavía no hay nada dicho, la hidroeléctrica podría tener sus días contados por varios motivos. El primero es que nos estamos quedando sin montañas. Según la Autoridad Internacional de Energía, las nuevas incorporaciones de hidroeléctrica llegaron a su punto álgido 2013. Ahora, solo China, India y Turquía cuentan con proyectos relevantes.
La hidroeléctrica necesita un terreno y un flujo de agua específicos para funcionar, por lo que no pueden ‘colocarse’ ampliamente, como sí es el caso de los parques solares y eólicos. Si nos vamos a los números, Suiza ya ha represado el 88% de sus ríos, con un registro similar en México, Noruega, Suecia y Francia.
Otro de los problemas que enfrentamos a causa de la hidroeléctrica es que la nieve se está acabando. Las devastadoras sequías de Brasil, Estados Unidos, China y Turquía llevaron a una disminución de la producción hidroeléctrica mundial por primera vez en dos décadas. Gran parte del problema se atribuye a que incluso si las precipitaciones generales no se modifican, un clima más cálido se traduce en más lluvias que nieve.
Durante el primer trimestre de 2023, la producción de energía hidroeléctrica en los Alpes europeos abastecidos por nieve fue un 21% inferior a la del año anterior, y un 38% más bajo al promedio de la década anterior, según la información aportada por Reuters.
Los ecosistemas también se han visto afectados. Una encuesta realizada por científicos chinos en el año 2022 reveló que, por causa de la evaporación de los embalses, se pierde casi tanta agua dulce como la consumida por las ciudades del mundo. En definitiva, la energía hidroeléctrica podría no ser tan factible a largo plazo como otras fuentes renovables.