España quiere producir energía con agua y ha comenzado a cubrirla. Un panorama tan impactante como esta megaestructura flotante que tiene al mundo en vilo. España registra un gran número de casos de pueblos españoles donde la agricultura y la ganadería se han convertido en la antesala para abrazar nuevas formas de conseguir sustento. Una de ellas es el turismo y otra las energías renovables. Campos que antes se dedicaban al cultivo ahora son la puesta en escena de grandes explotaciones eólicas o fotovoltaicas.
Bajo estas circunstancias, se dan dos situaciones opuestas. Por un lado, herederos que han perdido el arraigo aceptan la oferta económica de grandes empresas para cambiar el destino de sus tierras, mientras que por otro están aquellos que tienen apego por el espacio y se resisten a entregar su esencia.
Esta situación ya no queda relegada únicamente a tierras ubicadas en zonas remotas. Ahora también está llegando a los pueblos. Sus embalses y pantanos han pasado a ser un activo turístico y recreativo.
España aprovechará su agua para producir energía: esta es la hoja de ruta del Gobierno
El pasado mes de julio, el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), aprobó el Real Decreto regulador de las placas solares flotantes en embalses de dominio público.
Dichas instalaciones fotovoltaicas flotantes brindarán múltiples ventajas para el medio ambiente y la generación de energía. Con esto, se alcanzará un mayor rendimiento debido a la refrigeración del agua y la reducción del polvo.
También bajará la evaporación y la emergencia de algas por la sombra proporcionada por las placas sobre la superficie del agua. Sumado a esto, impedirán el cambio de los terrenos producido con las instalaciones en tierra firme.
En España, un centenar de embalses ubicados en dominio público se beneficiarán del uso de plantas solares flotantes. Concretamente, 106 localizaciones podrían acoger estas instalaciones creadoras de energía: cuencas del Guadiana (28), Guadalquivir (24), Tajo (20), Ebro (18), Júcar (6), Segura (5), Duero (3), y Miño-Sil (1).
Sin embargo, la implementación de placas solares flotantes solo podrá ‘invadir’ entre el 5 y el 15% de la superficie del embalse. Esta se irá modificando en función del estado trófico del embalse. O sea, conforme la calidad de sus aguas sea peor, de mayor magnitud será su cobertura.
Cabe destacar que estas instalaciones quedan prohibidas en cuencas, lagunas o masas de agua no artificiales y protegidas. Otro condicionante de la concesión es que esta es temporal, con una duración máxima de 25 años.
España recurre al agua para generar energía: una producción de dominio público
El proceso comenzará a instancia de parte o a través de convocatoria de concurso público por parte del organismo de cuenca. Cuando se tengan los derechos de acceso y conexión a la red eléctrico y la Administración General del Estado tenga competencia en materia hidráulica y energética se tramitarán y otorgarán en simultáneo la concesión de dominio público hidráulico y la autorización administrativa previa, según un proceso que regulará una orden ministerial.
Portugal, Alemania, India, China y Singapur ya están apostando por proyectos que involucran placas solares flotantes en diversos embalses y zonas hidráulicas. La compañía SUD Renovables formó parte de la primera instalación de una planta solar flotante en Cataluña, que se llevó adelante en marzo de 2023.
La instalación fue implementada en la Riera de Gaià, Tarragona. Se dispusieron 195 paneles solares sobre una balsa de recogida de agua pluvial de 1,745 m², propiedad de la empresa Atens, especializada en biotecnología para la agricultura.
La capacidad de producción estimada de esta planta corresponde a 139,920 kWh/año. Una capacidad que equivalente al consumo de 43 hogares.
España quiere producir energía con agua, por lo que ha empezado a cubrirla con paneles solares. De hecho, el furor por las placas solares flotantes ha llegado hasta los Alpes suizos, que amanecieron cubiertos de paneles solares.