Tras levantar la madre de todas las centrales energéticas, Estados Unidos se encuentra en un contexto de incertidumbre respecto a las renovables tras las últimas elecciones que declararon a Donald Trump como ganador. Bajo estas circunstancias, Europa Press informó que el lobby estadounidense de las renovables recalcó que la energía limpia generada a nivel nacional es fundamental para cubrir la creciente demanda eléctrica de USA.
Además, ha enfatizado que la inversión del sector privado en energías limpias está dando lugar a nuevos empleos y oportunidades económicas en pequeñas ciudades y comunidades rurales de todo Estados Unidos. “Nuestra industria creció a un ritmo de dos dígitos cada año durante la primera administración Trump y ha acelerado este ritmo de progreso desde entonces”, declaró Jason Grumet, consejero delegado de ACP.
Así las cosas, para el sector de las renovables aprovechar los diferentes recursos energéticos de Estados Unidos “es esencial” para salvaguardar la seguridad nacional. Considera que, combinando las fuerzas de todos los recursos energéticos nacionales, la Administración Trump puede fomentar una economía dinámica, segura y limpia. “Estamos comprometidos a trabajar con la Administración Trump-Vance y el nuevo Congreso para continuar con esta gran historia de éxito estadounidense”, cerró Grumet.
¿Qué pasará con las energías renovables en Estados Unidos?
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca trazará un nuevo camino en la política energética del país hacia una mayor producción de petróleo y gas, según informa Reuters. Este contexto alejaría a Estados Unidos de su lucha contra el cambio climático, aunque “es poco probable” que frene drásticamente la proliferación de las renovables en el país norteamericano.
Entre los desafíos con los que se enfrentaría Trump para cambiar el escenario actual está la ley en época de Biden que brinda una década de lucrativos subsidios para nuevos proyectos dedicados a la energía solar, eólica y otras renovables. “Sería casi imposible” dar de baja esta ley debido al respaldo otorgado por estados republicanos. “No creo que un presidente Trump pueda ralentizar la transición”, manifestó Ed Hirs, miembro de Energía de la Universidad de Houston, según la agencia recientemente mencionada. Y agregó: “Esto está muy avanzado”.
Las fuentes limpias, como la solar y la eólica, son las categorías que mayor crecimiento experimentan en la red eléctrica, según el Departamento de Energía. Obtienen su impulso de créditos fiscales federales, mandatos estatales de energía renovables e importantes avances tecnológicos que han reducido sus costos.
En 2022, el presidente Joe Biden promulgó la Ley de Reducción de Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que asegura miles de millones de dólares de subvenciones a la energía solar y eólica durante una década más. Con este movimiento, dejó entrever su implicación en la descarbonización del sector eléctrico para 2035 con el objetivo de batallar contra el cambio climático.
Las energías renovables peligrarían en Estados Unidos: pero solo si Trump logra hacer esto
Antes de las elecciones, Trump señaló a la IRA como algo demasiado caro y expuso que echaría abajo todos los fondos asignados por la ley y que no se consumieron. De cumplir su palabra, esta acción podría afectar gravemente al crecimiento de las energías limpias en Estados Unidos. Sin embargo, para que este escenario se hiciera realidad sería necesario que los parlamentarios, incluidos aquellos cuyos estados se beneficiaron de ella, votaran a favor de la derogación.
“Los puestos de trabajo y los beneficios económicos han sido tan fuertes en los estados rojos (republicanos), que es difícil ver a una Administración llegar diciendo que no nos gusta esto”, alegó Carl Fleming, socio del bufete de abogados McDermott Will & Emery y profesional que otorgó asesoramiento a la Casa Blanca de Biden sobre la política de energía renovable.
En este contexto, el futuro de las energías renovables en Estados Unidos queda en entredicho hasta que Donald Trump finalmente asuma como Presidente y decida hacer algún movimiento. Mientras tanto, Estados Unidos ha comenzado a absorber la atmósfera: se está tragando 2.000 millones de toneladas desde el suelo.