Los expertos advierten sobre una nueva fiebre del oro: billones de toneladas enterradas bajo esta región

Publicado el: 1 de agosto de 2024 a las 11:30
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Los expertos advierten sobre la irrupción de una nueva fiebre del oro. Billones de toneladas estarían enterradas bajo una región. Si lo que contamos sobre la “España vaciada” te resultó interesante, no puedes perderte lo que viene a continuación. La necesidad de encontrar nuevas formas de energía se justifica por varios atenuantes. El aumento de la contaminación y el avance del calentamiento global y el cambio climático son algunos de ellos. Ante unos niveles dañinos de polución, diferentes naciones han impuestos severos objetivos ambientales a cumplir por las compañías de energía.

Así es como la necesidad por encontrar nuevas maneras de abastecer la demanda de energía se ha disparado, dando lugar a iniciativas como los paneles solares flotantes, la tinta fotovoltaica y la proliferación de la energía eólica y geotérmica, entre otras. Las energías renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y cada vez más competitivas. Se diferencian de los combustibles fósiles en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del mundo.



Sin embargo, su rasgo más destacado es que no producen gases de efecto invernadero, los principales causantes del cambio climático. Además, sus costes están a la baja, mientras que la tendencia de los combustibles fósiles es opuesta.

Nueva fiebre del oro: los expertos hablan de billones de toneladas enterradas

En esa búsqueda de nuevas formas de abastecimiento energético, el hidrógeno ha obtenido un lugar crucial. Ante la fiebre del oro por las energías limpias, se está hablando de billones de toneladas de hidrógeno enterrado. La estimación es que existen trillones de toneladas de hidrógeno natural atrapado bajo tierra, una cantidad suficiente para cubrir todas las demandas proyectadas durante cientos de años.



Un informe inédito del Servicio Geológico de Estados Unidos lo identifica como un recurso primario nuevo, llevando así a una nueva fiebre del oro energético. Se habló de este concepto en 1959 en Estados Unidos, cuando la “fiebre del oro” correspondía al “oro negro”, o sea, al petróleo. De forma similar, la fiebre del hidrógeno dorado tuvo un momento determinante en 1987, cuando en Bourakébougou, Malí, se descubrió un pozo seco fuente de hidrógeno natural.

Un accidente ocasionó un incendio masivo y los análisis reportaron que el gas se trataba de hidrógeno puro en un 98%. Este suceso marcó un precedente en el uso del hidrógeno natural como fuente de energía limpia, con Bourakébougou transformada en la primera aldea en conocer las ventajas de esta energía verde.

En 2012, la empresa Petroma (ahora Hydroma) hizo una legendaria instalación en Bourakébougou. Se trataba del primer generador del mundo abastecido por hidrógeno natural sin emisiones. Dicha apuesta abrió un amplio abanico de posibilidades para la producción del hidrógeno verde, un combustible limpio y versátil.

Furor por el hidrógeno, la nueva fiebre del oro

Otros métodos convencionales necesitan de grandes cantidades de agua y energía renovable, pero el hidrógeno ecológico trae una opción más sostenible y eficiente. Geoffrey Ellis, del Servicio Geológico de Estados Unidos, investigó acerca del potencial global del hidrógeno geológico y reveló que podría haber hasta 5.5 billones de toneladas de hidrógeno en reservas subterráneas.

Si fuera así, podría satisfacerse la demanda de proyectada de 500 millones de toneladas anuales durante cinco años, incluso si solo se obtuviera un pequeño porcentaje. Aunque la extracción de hidrógeno geológico trae consigo grandes retos, como su inaccesibilidad y la posible liberación de metano, las oportunidades son muchas.

Podría bajar considerablemente la dependencia del ser humano a los combustibles fósiles, disminuir el impacto ambiental e impulsar la inversión y el desarrollo tecnológico en el campo energético.

En definitiva, los expertos hablan de una nueva fiebre del oro fundamentada en billones de toneladas de hidrógeno enterradas. Cabe destacar que este recurso está llegando muy lejos, tanto que ya se habla de él en elementos tan cotidianos como el aire acondicionado.