Irlanda es un lugar muy privilegiado en cuanto al viento, por lo que es lugar perfecto para los sistemas de energía eólica, sin embargo, ahora están probando un sistema diferente y se trata de unas cometas gigantes que producen energía. Quédate para averiguar cómo funcionan.
El candidato perfecto para la energía eólica
La costa oeste de Irlanda es el lugar perfecto para instalar todo tipo de sistemas eólicos, pues sus vientos fuertes y constantes, representan una fuente inagotable de energía limpia que no se puede desaprovechar, sin embargo la instalación de turbinas eólicas tradicionales ha estado llena de desafíos.
Las turbinas eólicas son muy eficientes, pero su instalación se ha visto frenada por problemas de administración, costo e infraestructuras, sobre todo porque se necesita una zona muy amplia de terreno para poder instalarlas.
En búsqueda soluciones un grupo de ingenieros a optado por replantearse por completo el cómo capturar la fuerza del viento y preguntarse ¿Por qué depender de estructuras fijas cuando se puede aprovechar la fuerza de las corrientes de aire a mayor altura?
Aunque suene extraño, la pregunta tiene mucho sentido, ya que, a mayor altura, los vientos son mucho más fuertes y estables y la respuesta para acceder a ellos podría no ser una turbina, sino algo mucho más simple y ya están trabajando para desarrollarlo.
Una nueva forma de capturar energía
Un grupo de científicos ha estado lanzando al aire unas cometas que vuelan a gran altura y que podría cambiar para siempre la forma en la que se genera la energía eólica, tal como lo hace la llegada de la turbina sin aspas.
Se trata del sistema de Kitepower, una cometa de 60 metros cuadrados, que alcanza una altura de hasta 425 metros, se eleva en el aire dibujando un 8 en el cielo para aprovechar al máximo la fuerza del viento, esto genera una tracción de hasta 4 toneladas que provoca el movimiento de un tambor en el suelo.
Este tambor está conectado a un generador que produce electricidad que luego se almacena en baterías. Luego cuando la cometa alcanza su altura máxima, se coloca en posición horizontal para disminuir la resistencia del aire y se desciende utilizando solo una pequeña parte de la energía que ha sido generada.
Este ciclo repetido permite generar 30 kilovatios de energía por hora, lo que es suficiente para cargar una batería de 336 kilovatios y lo mejor es que, podrá suministrar energía a lugares remotos, donde antes parecía imposible.
Cometas gigantes, eficientes y revolucionarias
Este sistema presenta varias ventajas en comparación con las turbinas tradicionales, comenzando por su bajo impacto ambiental, ya que es un sistema menos invasivo, no depende de combustibles fósiles y su cadena de suministro es mucho más simple.
Además es muy fácil de transportar, ya que cabe completo en un contenedor de seis metros, lo que permite transportarlo a cualquier lugar en camión y se puede instalar en tan solo 24 horas, sin necesidad de infraestructuras complejas.
¡Y eso no es todo! Estas cometas son el doble de eficientes que los aerogeneradores para capturar la energía del viento, ya que aprovechan las corrientes más fuertes y estables a gran altitud, que son inaccesibles para las turbinas convencionales ¿No es asombroso?
Irlanda tiene su método para captar el viento y transformarlo en energía
Con este invento, Irlanda se está posicionando como un gran líder de la energía, de hecho, el país, busca alcanzar los 37 gigavatios de energía eólica para 2050 y aunque las turbinas siguen siendo un clásico, las cometas voladoras demuestran que hay formas más flexibles y eficientes de generar energía limpia.
Los responsables del proyecto tienen las expectativas muy altas y consideran que este puede ser un ejemplo para los otros países, pues si el sistema ha funcionado en las difíciles condiciones de Irlanda, «probablemente funcionará en todo el mundo».
Sin duda Irlanda está cambiando nuestra perspectiva obre la energía eólica, demostrando que esta no se limita solo a turbinas y que siempre se pueden crear nuevas soluciones que se adapten a las diferentes necesidades, de hecho, la energía eólica también funciona en el mar y Noruega es la prueba de ello.