El mar está calentándose, pero no es una mala noticia, todo lo contrario. Llega un proyecto que el calentamiento global hará realidad. ¡De no creer! El cuerpo de agua salada ha adquirido mucha popularidad en el último tiempo ante la gran cantidad de iniciativas que ha despertado, como el caso de los coches de energía marina.
Las aguas del océano mundial guardan increíbles beneficios para el ser humano. Por ejemplo, alivian la ansiedad y el estrés. Su magnesio contribuye al tratamiento de trastornos nerviosos y cuenta con un efecto relajante prácticamente inmediato.
Por otro lado, darse un baño en sus aguas en días soleados activa la producción de vitamina D. Además, el mar es un potente exfoliante, sus minerales son un lubricante natural para la piel, el movimiento de las olas estimula la circulación, favorece que los pulmones eliminen toxinas y un largo etcétera. Ahora también permite que disfrutemos de su energía gracias a su temperatura.
El mar se calienta y podemos usarlo a nuestro favor
El aprovechamiento de las potencialidades del océano como generador de energía renovable tiene su origen en el año 1881. Aunque sea un concepto antiguo, está volviendo a tomar impulso en el contexto de descarbonización en el que está sumergido el ser humano.
Para lograr energía térmica oceánica se utiliza la diferencia de temperatura entre la capa superficial cálida y las capas más profundas y frías. En la actualidad, solo hay dos centrales a escala piloto conectadas a la red. Una está en Hawái y la otra en Japón. Ambas aportan energía suficiente para el abastecimiento de cientos de hogares.
Global OTEC, una empresa con sede en Reino Unido, ha llegado dispuesta a romper con las barreras que han impedido que esta forma de energía prospere. El desafío más fuerte al que se enfrenta es que la pequeña diferencia de temperatura precisa volúmenes considerables de agua con pérdidas de presión mínimas.
Este reto hace necesario el uso de grandes bombas de agua de mar, grandes sistemas de tuberías y grandes tuberías de agua fría que funcionan de forma continua aun cuando estén en un contexto hostil y corrosivo.
La entidad ha mostrado conceptos bastante avanzados de la mano de su proyecto Dominique en el Foro Internacional de Viena sobre Energía y Clima (IVECF) en Austria. La plataforma que han mostrado ante el mundo (de conversión térmica oceánica) produce 1,5 MW.
Aprovecha las aguas del océano para la creación de energía renovable. Para alcanzar su meta, utiliza un conjunto de módulos OTEC. El objetivo es que la instalación esté preparada en Santo Tomé y Príncipe en 2025.
Este proyecto aprovecha el calentamiento global para crear algo bueno para el ser humano
“Sabemos que Dominique cambiará la vida de las pequeñas islas y las naciones costeras. Y por eso vemos que el ritmo del proyecto va por buen camino. Esta es una lección importante que queremos compartir con los inversores”.
“La colaboración público-privada ha permitido llevar a cabo sin problemas muchos estudios tecnoeconómicos, medioambientales y sociales críticos para avanzar hasta este punto”, acotó Dan Grech, fundador y consejero delegado de Global OTEC.
La firma se ha decantado por un diseño de barcaza flotante para solventar los caros requisitos de infraestructura de las centrales OTEC terrestres convencionales. Así se deja fuera la necesidad de utilizar múltiples baterías kilométricas fijadas al lecho marino, abaratando bastante los costos. Global OTEC tiene mucha confianza en el diseño, pese a que todavía no ha pasado al próximo nivel: la escala.
La compañía realizará un análisis geotécnico del lecho marino, culminará el diseño, construirá e instalará el sistema. Espera tenerlo todo listo para ponerlo en marcha a finales de 2025.
Así como es como el mar y el calentamiento global “trabajarán juntos” para beneficiar al ser humano. Lo que queda ahora es ver si el año que viene se cumplen las predicciones de Global OTEC. Hasta que llegue el día, hay otros proyectos que involucran al océano y son dignos de atención como Bluetech, la tecnología ideada para preservar los océanos.