Durante muchos años, la humanidad ha intentado encontrar nuevas fuentes de energías para abastecerse, sin embargo, la mayoría de las fuentes convencionales de energía son costosas y contaminantes, pero ahora, luego de años de investigación, parece que la respuesta estaba más cerca de los que creíamos.
Según la CGG, consultora experta en tecnología de energía renovable, la respuesta se encontraría sorprendentemente bajo el mar. Se dice que el fondo del mar escondería un tesoro energético que podría ser una fuente de electricidad más barata y accesible.
Energía geotermal: una nueva respuesta
Hoy en día la energía geotermal promete convertirse en una fuente inagotable y estable de energía que disminuya radicalmente el precio de la electricidad. Sin embargo, encontrar un lugar adecuado para instalar una planta es bastante caro y no siempre dan buenos resultados, es por ello que las empresas tienden a instalarse en lugares que tienen fácil acceso a rocas calientes, pero esto limita mucho su implantación y evita que se extienda de manera generalizada.
En búsqueda de soluciones, hay empresas que ya han encontrado nuevas tecnologías para sortear este problema y ya están inyectando energía a la red eléctrica. Sin embargo, el informe de CGG asegura que la extracción es mucho más sencilla en el fondo del mar.
Una promesa real debajo del mar
Sabemos que durante mucho tiempo han aparecido tecnologías prometedoras como la fusión nuclear, la cual aún no muestra resultados. Pero ¿Cuál es la diferencia con la energía geotérmica?
Uno de los puntos más relevantes es destacar que la geotérmica ya está funcionando y a diferencia de lo que sucede con la energía solar y la eólica, su electricidad se puede conseguir las 24 horas del día, los 365 días del año, además de que los costes de su infraestructura son mucho menores.
¿En qué consiste esta propuesta tan innovadora?
La propuesta de la CGS consiste en instalar las plantas geotermales justo en el lugar donde se produce un proceso llamado extensión del fondo marino, el sitio donde las placas tectónicas se separan constantemente generando nuevos trozos de corteza terrestre.
Se estima que existen aproximadamente 65.000 kilómetros cuadrados de terreno donde el magma de estas enormes grietas submarinas está cerca de la superficie. Esto hace que la posibilidad de extraer energía sea mucho mayor que en tierra firme.
Por su parte, las zonas de extensión del fondo marino ofrecen condiciones ideales para generar energía, ya que las temperaturas son más constantes y los flujos geotérmicos siempre beneficiosos.
El único problema es que estas zonas están más alejadas de las redes eléctricas que las plantas geotermales terrestres y en ocasiones harían falta cables larguísimos, sin embargo la CGG ya pensó en un plan para solucionarlo.
La consultora asegura que en esas zonas será más conveniente captar el agua dulce del vapor que pasa por las turbinas y posteriormente, electrolizarla para producir hidrógeno verde. De esta forma se podrían explotar varias cosas: el agua dulce que se obtiene como subproducto, el hidrógeno y el amoníaco que se puede obtener si se transforma el hidrógeno.
Un futuro más sostenible con una nueva energía
Ahora bien, si las plantas geotérmicas se instalaran en más zonas del mundo, conseguiremos una fuente energética ilimitada durante todas las horas del día por un coste muy reducido. Los investigadores de compañías como Quise, afirman que en muy poco tiempo, esta fuente de energía podría abaratar de forma extraordinaria la factura de la luz.
Además, el acceso a una cantidad ilimitada y constante de electricidad también permitiría que la humanidad continúe avanzando sin generar CO₂. Según las estimaciones, podríamos alimentar la civilización durante 20 millones de años usando solo el 0,1% del calor del subsuelo. Además se podría generar hidrógeno verde en cualquier parte, lo que serviría para electrificar el transporte con un uso limitado de las baterías de litio.
En conclusión, la propuesta de la CGE podría poner fin a las fuentes convencionales de electricidad, a través de un sistema innovador que sin duda es mucho más eficiente y económico, lo que daría un paso agigantado hacia una transición energética sostenible.