Los paneles solares están más que implantados en la sociedad. El mundo entero sabe acerca de su potencial para transformar la luz en energía y miles de profesionales buscan la manera de que sean más y más efectivos. Hace unos días te contábamos que se ha descubierto que hay un material que podría hacerlos todavía más eficientes, pero tiene un serio problema. Hoy te hablaremos otro que parece perfecto, pero no cuenta con la aprobación de la Unión Europea.
Parece el material ideal, pero está en el fondo del mar y la UE teme que la explotación minera de aguas profundas pueda perjudicar a las poblaciones de peces. Noruega fue el país que anunció que llevaría adelante esta explotación, pero podría quedarse con las ganas de contribuir al sector energético.
Si las explotaciones en aguas profundas afectan a los peces también lo harán al rubro pesquero y los ecosistemas marinos. Así lo explicó un portavoz de la Comisión a Europa Press. Es un campo inexplorado y prefieren no tomar el riesgo.
Los paneles solares no cambiarán: la Unión Europea tiene clara la razón
A principios de enero, el parlamento de Noruega aprobó la exploración y explotación comercial de la minería submarina en aguas del océano Ártico, pese a la presión de pesqueros y ecologistas. ¿El objetivo? Conseguir materiales críticos para la generación de productos como baterías de coches eléctricos o paneles solares. Algunos materiales idóneos para las placas son el zinc o el cobalto, según se expuso en un informe gubernamental en junio de 2023.
En contraposición, la UE quiere prohibir la explotación minera de los fondos marinos hasta que quede demostrado que no vendrá de la mano de efectos nocivos para el sector. Está preocupada por la protección y restauración del medio ambiente, la biodiversidad de los fondos marinos y el cambio climático. ¿Se pagaría un precio demasiado alto por obtener energía del sol? “Mantenemos nuestra colaboración con Noruega para garantizar la protección del ecosistema frente a actividades perjudiciales”, comunicó el portavoz del Ejecutivo comunitario.
La inquietud de la UE es real y no tienen pudor en manifestarlo. Advierte, además, el “impacto potencial” que podría tener esta práctica sobre las pesquerías de la zona. En el caso del país escandinavo, su actividad incidiría en poblaciones de especial interés, como bacalao, eglefino, carbonero, merlán, solla o arenque. Estas especies son parte de los acuerdos pesqueros con Noruega, que acaparan aguas del mar del Norte, los estrechos de Skagerrak y Kattegat.
La Unión Europea lo tiene claro: hay materiales que no podrán utilizarse para producir paneles solares
El Gobierno de la nación escandinava ha defendido la extracción de estos minerales. Lo ve como una excelente oportunidad económica, aunque ha reparado en que “solo se permitirá si la industria puede demostrar que se puede hacer de manera sostenible y responsable”. Sin embargo, hasta ahora, los proyectos de investigación subvencionados por la Unión Europea, con una inversión que sobrepasa los 800 millones, muestran que todavía existe una “incertidumbre considerable”.
“Se necesitan aún estudios a largo plazo para calibrar todas las repercusiones de la minería en la biodiversidad y el ecosistema de los fondos marinos, así como sus posibilidades de recuperación”, acotan fuentes consultadas por el medio ya nombrado. Señalan también que la Comisión seguirá “atenta a la evolución de la minería de aguas profundas en Noruega y en todo el mundo”.
Mientras la Unión Europea sigue analizando la posibilidad de que este tipo de proyectos progresen para traer nuevos paneles solares, otras iniciativas revolucionarias siguen adelante como el robot que instala placas de estas características en Estados Unidos. Con estas propuestas sobre la mesa, es inevitable pensar que el futuro está estrechamente ligado a la sostenibilidad.