¿Qué es la energía solar fotovoltaica? Esa es una pregunta muy común que intentaremos explicarte, ya que en la actualidad el uso de los paneles fotovoltaicos tiene una enorme variedad de aplicaciones que cubren casi todas las actividades del ser humano, porque pueden usarse para cargar un móvil o para proveer de electricidad a una ciudad entera.
Aplicaciones actuales
El empleo de la energía solar fotovoltaica se basa en dos tipos de sistemas diferentes: los aislados y los que están conectados a la red. Los primeros permiten hacer accesible el suministro de energía eléctrica a sitios rurales aislados y regiones distantes.
Los sistemas aislados tienen una gran variedad de posibles aplicaciones. Iluminar un hogar apartado, proveer de energía a sistemas de telecomunicaciones, centrales rurales, sistemas de bombeo de agua para riego y/o para iluminación. Además de equipos de señalizaciones, equipos de sonido, sistemas de cómputo, móviles, cámaras, vehículos y mucho más.
Aquellos sistemas que están conectados a la red, en general, proveen a las ciudades. Al convertir la energía que producen los paneles solares directamente en corriente alterna. La misma se envía a los usuarios
Y además recoge los excedentes producidos por quienes tiene sistemas de autoconsumo. Estos poseen medidores bidireccionales que calculan el consumo descontando lo aportado, un sistema que se emplea en muchos países.
La instalación solar a través de un inversor interactúa con la red. Por lo que no es necesario almacenar energía, ya que el suministro está asegurado. Esto sucede porque mientras se esté produciendo electricidad, esta se consume, pero durante la noche y cuando se presentan situaciones climáticas adversas, la red provee al usuario de la energía eléctrica necesaria.
Aplicaciones futuras
Una célula fotovoltaica tradicional es una pieza plana de material de silicio, cubierta de vidrio y unida a un panel metálico que resulta eficaz pero no muy flexible. La investigación actual ha llevado a que las células se coloquen en una variedad de superficies, incluyendo papel y hojas plásticas.
Otra técnica coloca una película ultrafina de material sobre el vidrio, dando lugar a una ventana, que además de funcionar como tal permitiendo la entrada de luz, produce electricidad y ya están probándose opciones como: pintura solar, pavimentación de carreteras o una capa que recarga los móviles.
Los avances en el estudio de las propiedades de los materiales a nivel atómico y molecular tienen un gran potencial para mejorar las células fotovoltaicas. Mediante el ajuste específico del tamaño y la forma, los científicos confían en aumentar su eficiencia. Y captar la luz solar para emplearla como fuente de energía a nivel nano-tecnológico.
Además de un menor coste y una mayor eficiencia, los futuros avances en materiales para optimizar el empleo de la fotovoltaica probablemente conducirán a un uso más amplio de la energía solar para aplicaciones más novedosas y respetuosas con el medio ambiente.
La fotovoltaica al poder
Emplear la energía solar fotovoltaica colocando paneles puede ser una gran idea si tenemos en mente ahorrar energía y dinero. Su empleo no solo es sinónimo de sostenibilidad y eficiencia energética, sino que su instalación y uso también redunda en beneficios económicos reales.
De hecho, en prácticamente todos los municipios y ayuntamientos del país se han hecho revisiones de las leyes y normativas que afectan a este tipo de proyectos basados en las energías renovables. Y muy especialmente en energía solar. La idea es facilitar los trámites, para que la apuesta por el autoconsumo y la fotovoltaica no resulte un engorro, ni demore una eternidad.
En cuanto a las ayudas, hay muchísimas opciones, tanto públicas como privadas, orientadas al fomento y desarrollo de este tipo de estrategias. Ya sea para consumo familiar, individual, cooperativo y colectivos, no hay duda que las placas solares fotovoltaicas pueden ser una solución energética, accesible, eficaz y económica.