Suiza está dispuesta a aprovechar sus montañas. Su deseo es producir más energía con eso que las cubre y llega en un momento crucial a nivel global. Las energías renovables ganan cada vez mayor notoriedad. Son vistas como la solución definitiva para luchar contra el cambio climático y la búsqueda de un futuro más sostenible. Ante los crecientes retos ambientales y económicos, las fuentes energéticas limpias y renovables no solo brindan una alternativa para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. También prometen diversificar las matrices energéticas e impulsar la independencia energética de diferentes naciones.
El mundo necesita energías renovables y Suiza tiene cómo aprovecharlas
Tras revelarse esta revolucionaria forma de crear energía las 24 horas del día, el mundo mira de cerca lo que está pasando en Suiza. Debido al agotamiento de los recursos naturales no renovables y el aumento de la demanda global de energía, el desarrollo de tecnologías capaces de aprovechar las fuentes de energía inagotables y limpias se ha convertido en algo imprescindible.
Renovables, como la solar, eólica, hidroeléctrica, biomasa y geotérmica, proporcionan la posibilidad de generar energía acotando el impacto ambiental. Este tipo de fuentes energéticas no desprenden gases de efecto invernadero durante su operación. Característica esencial para luchar contra el cambio climático.
Además de las ventajas ambientales, las energías renovables contribuyen a la seguridad energética de los países al bajar la dependencia de combustibles fósiles importados. Todos estos elementos favorecen la autonomía energética y mitigan la volatilidad de los precios en el mercado de energía. Así las cosas, Suiza quiere aprovechar sus montañas para brillar en el ámbito energético.
Suiza aprovecha un recurso que le sobra en algunos momentos del año
Suiza atesora un arma secreta con la que planea potenciar sus paneles fotovoltaicos: nieve. En los Alpes suizos, ubicación donde existen meses de hielo y cielos grises, un grupo de ingenieros analiza los copos de nieve para establecer si puede transformarlos en energía.
La nieve, un recurso que antes se veía como un obstáculo para la producción de energía solar, hoy podría cambiar la dinámica y convertirse en una oportunidad. El objetivo de los profesionales involucrados en este experimento es descubrir cómo en el invierno también puede producirse electricidad solar.
La Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el Instituto WSL para la Investigación de la Nieve y las Avalanchas han creado un sistema computacional para analizar cómo los patrones de nieve inciden sobre el rendimiento de los sistemas fotovoltaicos en contextos alpinos.
Es el primer modelo detallado que recrea la interacción existente entre la nieve y las estructuras solares verticales en alta montaña. El informe, plasmado en la revista Cold Regions Science and Technology se focaliza en Helioplant, una estructura solar vertical patentada por la compañía austriaca Ehoch2.
Su diseño radica en una especie de cruz con cuatro alas solares. Hace posible que la nieve se libere de forma pasiva, sin cubrir los paneles y conservando su eficiencia en circunstancias extremas.
¿Cómo lo hace Suiza para que la nieve impulse la producción de energía?
El equipo de Lausana ha descubierto que la nieve no solo tapa la luz, sino que también la devuelve. Su superficie blanca actúa a modo de espejo natural reflejando los ratos del Sol hacia los paneles. Así tiene lugar el fenómeno conocido como “efecto albedo”.
El reto sería hallar el punto justo. Si la nieve se acumula demasiado, bloquea la luz y termina dañando las estructuras. Por este motivo, los investigadores quieren rediseñar la manera en que se instalan los paneles, para aprovechar su reflexión sin necesidad de que queden enterrados bajo el hielo.
Para comprender el comportamiento de la nieve, los científicos no solo la observaron. Tomaron la iniciativa de moldearla utilizando Snowbedfoam, una herramienta de dinámica de fluidos computacional (CFD) basada en OpenFOAM. Es capaz de simular el transporte y la deposición de nieve entre las estructuras solares.
Al efectuar cientos de simulaciones, el equipo pudo ajustar determinados parámetros como el ángulo de inclinación, la altura del panel sobre el suelo, el espaciamiento entre unidades o la alineación con el viento. Los resultados que derivaron de la investigación mostraron una nueva realidad.
Los paneles solares más eficientes se alzan al menos 0,6 metros sobre el suelo. Cifra suficiente para impedir que la nieve acumulada pueda bloquear el desprendimiento de nuevos copos. Suiza quiere aprovechar sus montañas. Quiere generar más energía con eso que las cubre, que es la nieve. En paralelo, Suiza está llevando adelante otro imponente proyecto con paneles solares en los Alpes y está logrando lo imposible.
















