La Xunta de Galicia ha iniciado los trabajos de restauración fluvial más necesarios en la cuenca del río Umia. Se prevé que se planten más de 7.000 árboles y para estas acciones se ha destinado una partida presupuestaria que supera los 2M€.
Las actuaciones incidirán en los 15 kilómetros del río Gallo y en un tramo de 23 kilómetros del río Umia. El objetivo de las mismas es que las frondas contribuyan a mejorar el comportamiento de la zona ante los riesgos de que se produzcan lluvias intensas, que desencadenen episodios de inundaciones.
Restauración de frondas en los ríos Umia y Gallo
La Xunta, a través de Augas de Galicia, está realizando trabajos de restauración fluvial en la cuenca del río Umia -en los ayuntamientos de Cuntis, Moraña y Forcarei- para mejorar el comportamiento de la zona ante posibles inundaciones. Estas actuaciones, previstas hasta el primer semestre de 2026, cuentan con una inversión de alrededor de 2 millones de euros e incluyen la previsión de plantar cerca de 7.000 árboles de distintas especies.
La conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, acompañada por el delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Agustín Reguera, visitó la zona alta del río Gallo, en Cuntis, donde detalló que las labores de restauración incidirán en las dos márgenes de un tramo de 23 kilómetros del río Umia -que afecta a los ayuntamientos de Cuntis, Moraña y Forcarei- y a toda la extensión del Gallo (Cuntis), de 15 kilómetros.
Los trabajos previstos incluyen la retirada de árboles caídos y de biomasa acumulada en los canales que obstaculizan la libre circulación del agua -justo lo que se está haciendo ahora mismo en el río Gallo-, la retirada de residuos ajenos al ecosistema, la recuperación de zonas degradadas mediante la realización de tratamientos silvícolas, la eliminación de especies exóticas invasoras y la plantación de cerca de 7.000 árboles de especies autóctonas. Entre ellas están robles, laureles, fresnos, castaños y frondosas.
A mayores se procederá al derrumbamiento de infraestructuras obsoletas y a la recuperación y protección de zonas de ribera mediante técnicas de bioingeniería, intervenciones que ayudarán también a facilitar el libre discurrir de las aguas.
La responsable autonómica destacó que estas actuaciones contribuirán a mejorar la calidad del suelo y a mejorar la composición del terreno en los entornos fluviales incrementando la retención de agua y laminando los efectos de posibles crecimientos en el caudal así como reduciendo la velocidad de los posibles torrentes. En definitiva, añadió, se harán labores de protección, recuperación, revegetación y limpiezas precisas -dentro del propio canal y en la zona de sembrado- con el objetivo de crear un bosque de ribera consolidado en las márgenes de ambos ríos.
Estas zonas arboladas tendrán un papel fundamental para mitigar el impacto de posibles desbordamientos ante intensas precipitaciones, pues el río Gallo está declarado como área de riesgo potencial y significativo de inundación (Arpsi). De hecho, la Xunta ya está abordando con el Ayuntamiento la posibilidad de desarrollar otro proyecto en la zona para hacer frente a esos riesgos de inundación, con medidas entre las que se incluye la creación de una zona de inundación controlada.
Los necesarios corredores verdes
Ángeles Vázquez incidió también en que plantar vegetación de ribera en el entorno de los ríos, además de amortiguar los daños causados por las inundaciones, permite la creación de corredores verdes y zonas refugio para la fauna, acercando importantes beneficios sociales y ambientales para los ecosistemas fluviales y las comunidades próximas.
Estas actuaciones en los ríos Umia y Gallo dan continuidad a las ejecutadas en los últimos ejercicios al amparo del plan autonómico de conservación de los ríos de la demarcación Galicia-Costa, un esfuerzo que la Xunta va a reforzar en los próximos años.
De hecho, la planificación de este año cuenta con un presupuesto de 2,7 millones de euros para la retirada de árboles caídos en los canales fluviales, la limpieza de las márgenes, el control de especies exóticas invasoras y en la eliminación de obstáculos que impidan el discurrir libre de las aguas, unos trabajos que incidirán en alrededor de 550 kilómetros de canales fluviales.