Polémica a cuenta de una granja porcina de cebo en Cervera del Río Alhama: Se quiere ampliar una explotación porcina de cebo hasta las 6.000 cabezas. Esta insostenible ampliación pasaría a ser una actividad industrial con todo lo que ello comportaría.
Las explotaciones ganaderas intensivas son de usos industriales y requieren ser consideradas siempre como de usos prohibidos o como de usos difícilmente autorizables en suelo no urbanizable.
No puede entenderse que un sistema de explotación ganadera industrial, intensiva y masiva, constituya una utilización racional de los recursos naturales. No se puede justificar que la actividad propuesta sea compatible con la Calificación de Suelo según la normativa nacional.
Contaminación de la granja porcina de cebo en Cervera del Río Alhama
Los purines son los agentes que ocasionan contaminación ambiental sobre el suelo, atmósfera y agua.
Peligrosas sales metálicas
El aporte de sales metálicas puede ser peligroso. El Zinc y, sobre todo, el cobre, presentan un serio peligro como consecuencia del creciente incremento de sus dosificaciones en los piensos compuestos. El peligro más grave es el generado por altos niveles de cobre.
Contaminación del agua por purines
En la aplicación de purines al suelo se varía la calidad de las aguas continentales por escorrentía o percolación de la parte líquida de los purines, se puede contaminar el suelo por aportación de compuestos contaminantes (Cu, Zn, antibióticos, disruptores hormonales, …) o por exceso de otros (nitratos, fosfatos, …) y se modifica la fertilidad de los suelos por aportaciones de fertilizantes. Las aguas pluviales se dirigen por canales hacia sus desagües naturales.
Para que se contaminara el acuífero habría que echar mucha cantidad de purines -muchos miles de metros cúbicos al año- que se concentrarían en la zona de ramblas y barrancos a donde pueden llegar los esparcidos en la tierra con las lluvias
Contaminación del aire por metano
La contaminación atmosférica se debe a la producción de compuestos gaseosos como hidrocarburos, y otros compuestos orgánicos, como amoniaco, metano y sulfhídrico.
La emisión de contaminantes atmosféricos producidos por la explotación no se efectúa de forma controlada a través de focos concretos, sino que se trata de emisiones difusas, con origen en extensiones relativamente amplias, por lo que realmente, toda la explotación puede considerarse como un foco de emisión de contaminantes.
Los olores amoniacales de los purines se agravan en el momento de su distribución en el campo y, aun con más intensidad, con temperaturas ambientales elevadas y depende de la dirección de los vientos, el que afecte gravemente a pueblos y carreteras.
La contaminación se puede considerar generalizada, sobre el suelo, el aire y las aguas, con efectos negativos sobre los ecosistemas y las personas que, en muchos casos, serían irreversibles



















