El Mar Menor, la laguna salada más grande de Europa, comienza a mostrar signos de recuperación tras los episodios de hipoxia registrados después del paso de la última DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Las intensas lluvias torrenciales que afectaron a la Región de Murcia por la dana Alice provocaron el arrastre de aguas cargadas de nutrientes y sedimentos desde la cuenca vertiente, generando una disminución del oxígeno disuelto en el agua y poniendo en riesgo la vida marina.
Durante varios días, los sensores instalados por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Comunidad Autónoma de Murcia detectaron niveles críticos de oxígeno, especialmente en las zonas más profundas y confinadas de la laguna.
Sin embargo, gracias a la mejora de las condiciones meteorológicas, la entrada de corrientes marinas y el descenso de las temperaturas, los parámetros ambientales comienzan a estabilizarse. Los técnicos señalan que el sistema muestra una recuperación gradual, aunque todavía frágil.
Poco a poco el Mar Menor vuelve a su estado natural tras los momentos de hipoxia que se sucedieron tras la dana Alice
El último informe del MITECO sobre el Mar Menor revela una ejecución presupuestaria del 40,7% y un gasto efectivo del 14,8% sobre 675 millones, reflejando avances en regadíos ilegales y obras como el cinturón verde, aunque la laguna sigue sufriendo episodios críticos de ‘hipoxia’ y pérdida de vegetación, mostrando una recuperación «lenta» pero «resiliente».
La DANA Alice de octubre volvió a provocar episodios de hipoxia y anoxia en el sur del Mar Menor
En concreto, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha publicado el Informe de avances del tercer trimestre de 2025 sobre el Marco de Actuaciones Prioritarias para la Recuperación del Mar Menor (MAPMM), que refleja una ejecución del 40,7% del presupuesto comprometido —197 millones de euros—.
El documento recoge los últimos datos científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), que confirman que la laguna «ha perdido gran parte de su capacidad de autorregulación», aunque muestra cierta estabilidad tras el verano.
Sin embargo, la DANA Alice de octubre volvió a provocar episodios de hipoxia y anoxia en el sur del Mar Menor, con descensos de oxígeno «cercanos a cero miligramos por litro» y comportamientos anómalos en la fauna bentónica.
El informe también atribuye al fenómeno del «blanqueamiento del agua» —detectado desde 2022— un origen autigénico, vinculado a la precipitación de carbonato cálcico por cambios en el acuífero, que ha causado la desaparición total de la vegetación en 6 km² del fondo lagunar.
En el plano administrativo, el MITECO resalta los avances en el control del regadío ilegal, con 7.356 hectáreas sancionadas y más de 9.100 hectáreas desconectadas del suministro de riego, así como la inspección de 450 granjas y más de 170 expedientes por vertidos contaminantes.
Entre las obras más emblemáticas en curso, el informe destaca el desarrollo del «cinturón verde» perimetral —un sistema de humedales y filtros naturales— que podría reducir en un 50% la carga de nitratos que llega a la laguna. También continúa la restauración de zonas mineras y la ampliación de la red de control automático de calidad del agua (SAICA).
Pese a la persistencia de episodios críticos, el MITECO considera que el Mar Menor «muestra respuestas más resilientes» gracias a la reducción de aportes contaminantes y al despliegue de soluciones basadas en la naturaleza. El informe concluye que «la recuperación es un proceso a largo plazo, pero se observa una mejora paulatina en varios indicadores físicos y biológicos».
Gracias a la mejora de las condiciones meteorológicas, la entrada de corrientes marinas y el descenso de las temperaturas, los parámetros ambientales comienzan a estabilizarse
Aun así, los primeros informes indican que no se han producido mortandades masivas como en ocasiones anteriores, lo que demuestra cierta capacidad de resiliencia del ecosistema. Las administraciones locales insisten en mantener la vigilancia continua y en reforzar las medidas de prevención para evitar nuevos desequilibrios.
El Mar Menor avanza, lentamente, hacia la normalidad, pero los expertos recuerdan que su recuperación definitiva dependerá del compromiso sostenido con la gestión ambiental y la reducción de presiones humanas. Seguir leyendo en: EFE / ECOticias.com
			
			















