La tierra y el agua son los protagonistas de los dos principales y relacionados conflictos ambientales con los que debe enfrentarse la provincia de Almería: la desertificación y el déficit hídrico. Y parece que el tema de que los árboles se mueren ‘tome por sorpresa’ a las autoridades, cuando este es un proceso que lleva largo tiempo gestándose.
El problema es que a las sequías, el calentamiento global y la crisis climática, hay que sumar la desidia que desde PACMA y otras organizaciones ambientales vienen denunciando que existe en la Comunidad Autónoma en lo que respecta a la gestión del agua y la falta de medidas para proteger a los árboles autóctonos que mueren sin remedio.
Los árboles se mueren y quienes deberían salvarlos miran para otro lado
Desde el Partido Animalista Con el Medio Ambiente (PACMA) advierten de la preocupante desaparición de árboles en varios municipios del Bajo Andarax, en la provincia de Almería, como consecuencia directa de la sequía extrema y la falta de medidas de adaptación climática.
La formación denuncia que numerosos árboles, tanto jóvenes como de gran porte y antigüedad, han muerto en términos municipales de Almería capital, Huércal de Almería, Benahadux y Gádor, llegando también a observarse casos en Alhama de Almería. Entre las especies afectadas se encuentran principalmente pinos, pero también olivos y almendros.
«Recorrer la N-340 a su paso por Huércal de Almería y Benahadux es desolador: pueden verse decenas de árboles completamente secos, muchos de ellos pinos de gran tamaño y edad», explica Eduardo Milla, coordinador provincial de PACMA en Almería.
Desde PACMA subrayan que el cambio climático está mostrando ya sus efectos más devastadores en zonas especialmente vulnerables como el sureste peninsular, donde el aumento de las temperaturas y la falta de lluvias están acelerando un proceso de desertificación sin precedentes. La formación denuncia la inacción de las administraciones competentes que, afirman, no están adoptando medidas eficaces para frenar esta pérdida ecológica ni para restaurar las masas forestales afectadas.
«Estamos asistiendo a una mortandad masiva de árboles fruto de dos años extremadamente secos y las autoridades continúan mirando hacia otro lado», concluye Milla. La desertización ya no es una amenaza futura, es una realidad presente que requiere medidas urgentes.
El Partido Animalista reclama actuaciones inmediatas por parte de las administraciones locales, autonómicas y estatales para implementar planes de conservación, reforestación y adaptación al clima que frenen el deterioro ambiental en la provincia de Almería y otras zonas igualmente vulnerables.
La provincia de Almería tiene un clima mediterráneo que se caracteriza por su irregularidad pluviométrica. Por tanto, la falta de lluvias es una excusa que no resulta aceptable para dejar morir a cientos de árboles, cuando con algo de buena voluntad se pueden implementar planes para revertir la situación y de paso, combatir las nefastas consecuencias del cambio climático en la comunidad almeriense. EFE / ECOticias.com