Ecologistas han denunciado que numerosos bidones de gasolina tanto llenos como vacíos son arrojados cada día al agua del río Guadalquivir por quienes se dedican al suministro ilegal de combustible.
Es por ello que lo han puesto en conocimiento y han reclamado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que desde su ministerio se haga una actuación firme y se empleen los recursos suficientes para hacer frente al «grave problema» ambiental y de seguridad que representa esta práctica.
«Esta actividad deja como resultado miles de litros de hidrocarburos abandonados en el entorno fluvial, con un impacto directo sobre los ecosistemas y la calidad del agua», han advertido.
Peligro ambiental en el Guadalquivir
Ecologistas han reclamado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, una actuación firme y recursos suficientes para hacer frente al «grave problema» ambiental y de seguridad que representa en el estuario del Guadalquivir el tráfico ilegal de combustible para narcolanchas, conocido como ‘petaqueo’.
Así, denuncian en un comunicado que esta práctica, que se extiende desde la desembocadura del río hasta las inmediaciones del Estadio de La Cartuja, supone un riesgo ambiental «extremo».
Según los ecologistas, cientos de bidones de gasolina tanto llenos como vacíos son arrojados cada día al agua por quienes se dedican al suministro ilegal de combustible, ya sea durante sus operaciones o en maniobras de huida al ser detectados por las autoridades.
«Esta actividad deja como resultado miles de litros de hidrocarburos abandonados en el entorno fluvial, con un impacto directo sobre los ecosistemas y la calidad del agua», ha advertido.
Se suman así a las voces de la Fiscalía antidroga, de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de otros actores sociales que alertan del crecimiento de estas redes organizadas de delincuencia.
Por ello, exigen a Interior que refuerce la vigilancia, que dote de mayores medios humanos y materiales a los equipos encargados del control en el río, y que se impulse la creación de un Servicio Marítimo especializado en el Guadalquivir.
‘Petaqueo’ como delito ambiental
Respaldan también la propuesta de considerar el ‘petaqueo’ como delito ambiental, dada su peligrosidad, y recuerda que tanto la Fiscalía General del Estado como la Audiencia de Cádiz ya han apuntado la necesidad de un marco legal más claro y severo para perseguir esta actividad delictiva.
«La reciente decisión judicial de calificar el ‘petaqueo’ como delito de tenencia de sustancias inflamables marca un avance que debe consolidarse y extenderse», han indicado.
Instan también a que se establezcan programas específicos para la recogida, reciclaje y recuperación de los bidones incautados, así como criterios claros de actuación frente a este tipo de contaminación.
El colectivo hace un llamamiento a las instituciones y a la ciudadanía para que se tomen «en serio» las consecuencias del ‘petaqueo’, no solo como un problema de seguridad, sino como una amenaza directa al medio ambiente, que afecta a todas las personas que viven en las riberas del Guadalquivir y a los ecosistemas que dependen de su salud. EFE / ECOticias.com