¿Cómo mejorar la gestión de los incendios en España?
España afronta una crisis sin precedentes en su historia reciente en materia de incendios forestales. En lo que va de 2025, en toda España, más de 400000 hectáreas han sido quemadas por el fuego —una superficie superior a la isla de Mallorca—, superando con creces el récord de 2022, cuando se quemaron alrededor de 260000 hectáreas.
A esta situación se suma el coste de la pérdida de vidas humanas e impacto medioambiental. El número de siniestros es también superior al registrado en 2022, lo que confirma que la situación actual es todavía más grave, con incendios más frecuentes, más intensos y de más difícil control. Ante esta realidad, bajo el impulso de la Fundación Pau Costa, y junto a expertos y expertas de la comunidad de incendios forestales, esta mañana se han presentado en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) las propuestas de acción necesarias para hacer frente a los grandes incendios forestales.
La presentación de las propuestas ha corrido a cargo de Arantza Pérez de Oleaga (Vicedecana del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes), Juan Picos (investigador, Universidad de Vigo), Marta Corella (Vicedecana del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos), Luis Berbiela (Vicepresidente de la Fundación Pau Costa), Ferran Dalmau (ingeniero de montes, director de Medi XXI GSA), Marc Castellnou (Jefe del GRAF – Bombers de la Generalitat de Catalunya), Joaquín Ramírez (Ingeniero de montes, director ejecutivo de Tecnosylva), Virginia Carracedo (Investigadora, Universidad de Cantabria) y representantes de organizaciones ecologistas.
Propuestas de prevención, investigación y conservación ante los incendios
Las propuestas de acción parten de las conclusiones del “Foro de Debate y Propuestas de Acción para la Gestión de los Grandes Incendios Forestales en España” (Madrid, 2023) que reunió a 58 expertos y expertas de los ámbitos de la extinción la gestión forestal, la investigación, la conservación, el sector primario y la sociedad civil. Fruto de ese trabajo nació un documento de consenso que define las medidas necesarias para transformar la manera en que España gestiona los incendios forestales.
Desde entonces, nada de lo que se consensuó en 2023 se ha traducido en acción política critican. La comunidad de incendios forestales ha alcanzado un consenso técnico y social amplio, hemos puesto nuestro conocimiento y experiencia a disposición de las administraciones, y seguimos ofreciendo apoyo para convertir esas propuestas en políticas públicas. Pero falta lo más importante, la voluntad política de actuar.
Las propuestas de acción presentadas se estructuran en siete ejes de actuación:
- Gestión de ecosistemas forestales para promover bosques más resilientes y sostenibles, con estructuras que limiten la intensidad del fuego
- Planificación territorial para diseñar paisajes diversos y resilientes que reduzcan la vulnerabilidad y faciliten la labor de extinción
- Comunidades rurales vivas para fortalecer el sector primario como garante de paisajes menos vulnerables y de mayor valor socioambiental
- Uso y ecología del fuego para recuperar el fuego como proceso natural y herramienta de gestión, a través de un uso prescrito y planificado
- Comunicación, educación y sensibilización para dotar a la sociedad de herramientas y conocimiento para aprender a convivir con el fuego
- Conocimiento y extinción: reforzar la capacidad de los dispositivos de emergencia, promover la investigación y crear un observatorio de incendios
- Escenarios futuros: preparar a la sociedad y al territorio para convivir con episodios extremos inevitables en el contexto del cambio climático.
A estos ejes se suman tres dimensiones transversales imprescindibles: política y gobernanza (corresponsabilidad de todos los actores), conservación de la naturaleza (garantizar la compatibilidad con la biodiversidad) y adaptación al cambio climático (asegurar la resiliencia de ecosistemas y sociedad).
Entre las medidas propuestas, destacan, por ejemplo, invertir al menos 1.000M €/año para gestionar el 1 % del paisaje forestal nacional (260 000 ha) de forma anual; maximizar la autoprotección de las áreas de interfaz urbano-forestal con la planificación y gestión de la autoprotección en al menos el 25 % de todas las áreas de interfaz urbano-forestales; evitar la despoblación apostando por un sector primario vivo y sostenible o fomentar el uso del fuego como una de las herramientas clave para generar heterogeneidad del paisaje, restaurar la biodiversidad y mantener los servicios ecosistémicos, entre otros.