Parece que fue ayer pero ya van 100 días desde que comenzó el nuevo mandato de Trump y con estos algo más de 3 meses las consecuencias negativas del ejecutivo del multimillonario; entre ellas la nula defensa del medioambiente por parte del presidente de los Estados Unidos como denuncian numerosas organizaciones ecologistas.
«Se cumplen 100 días en los que Trump ha desmantelado y debilitado activamente la protección medioambiental y ha perseguido a quienes luchan por proteger la naturaleza y el clima, con ataques implacables a las instituciones democráticas y las protecciones públicas, anteponiendo los beneficios empresariales y el poder para él y sus amigos multimillonarios a las personas, el planeta y el futuro», claman estas asociaciones de defensa del escenario natural.
En este sentido, estas organizaciones ponen sus miras en los aliados de Donald Trump; multimillonarios y empresas de combustibles fósiles que, a sabiendas como estas asociaciones explican, están quemando el planeta, contaminando las aguas y destrozando las vidas de familias y comunidades de todo el mundo.
100 días de Trump: ¿Cómo ha afectado al medioambiente?
Se cumplen los 100 primeros días de Trump en el poder. 100 días de su segundo mandato. 100 días en los que el presidente de Estados Unidos ha desmantelado y debilitado activamente la protección medioambiental y ha perseguido a quienes luchan por proteger la naturaleza y el clima, con ataques implacables a las instituciones democráticas y las protecciones públicas, anteponiendo los beneficios empresariales y el poder para él y sus amigos multimillonarios a las personas, el planeta y el futuro como denuncian organizaciones ecologistas.
La Administración Trump no solo ha abandonado el acuerdo climático de París y ha ofrecido los espacios naturales de Alaska a las perforaciones petrolíferas. También ha abierto ecosistemas marinos prístinos y protegidos en el Pacífico a la pesca industrial y quiere poner en marcha la minería de aguas profundas en aguas estadounidenses e internacionales.
Y además de eximir a los productos derivados del petróleo y el gas del arancel universal, ha puesto fin a las inversiones en energías limpias y, en su lugar, ha impulsado el carbón, el petróleo y el gas mediante el debilitamiento de la normativa y la eliminación de obstáculos a la industria de los combustibles fósiles.
Los mayores aliados de Trump son un puñado de multimillonarios y las empresas de combustibles fósiles que, a sabiendas, están quemando el planeta, contaminando las aguas y destrozando las vidas de familias y comunidades de todo el mundo. Unos matones corporativos que no parecen detenerse ante nada para mantener vivo su imperio del petróleo y del gas, incluso armando el sistema legal para aplastar la disidencia y silenciar el activismo medioambiental.
Se trata de las demandas SLAPP, un arma clave utilizada por la oligarquía contra quienes abogan por un futuro verde y justo, y un ejemplo de ello es la emprendida contra organizaciones ecologistas por el gigante de los oleoductos de combustibles fósiles Energy Transfer, una empresa dirigida por el multimillonario Kelcy Warren, uno de los principales donantes de la campaña de Donald Trump.
Para los multimillonarios y las grandes petroleras no se trata de dinero. Su objetivo es silenciar la verdad: sus modelos de negocio son la causa fundamental del cambio climático y de la destrucción del medio ambiente en el planeta. No hay duda: se trata de un ataque directo a los derechos y libertades del mundo, al movimiento por el clima y a la protesta pacífica.