Las bicicletas son uno de los transporte más conocidos y sencillos de utilizar, sin embargo desde algunos sectores aseguran que no son tan ecológicas y seguras como parecen y España parece haberse dado cuenta de esto, pues ahora tomará medidas que podrían cambiar el ciclismo para siempre.
Las bicicletas también evolucionan
Tal como vimos con la llegada de las motos de hidrogeno, los transportes de cuatro ruedas también evolucionan y eso también incluye a las bicicletas, un medio de transporte que siempre ha sido muy popular por promover un estilo de vida saludable y un transporte más ecológico.
Sin embargo, no todas las bicicletas son 100% ecológicas, ya que también existen bicicletas eléctricas, las cuales aunque son mucho más amigables que un coche de gasolina, no dejan de tener un impacto en el planeta.
Pero el impacto ambiental no es el único problema, ni tampoco el más preocupante, pues lo más complejo de este tipo de bicicletas es la seguridad de las personas, ya que un transporte con motor alcanza velocidades mucho mayores que una bicicleta tradicional
Y por supuesto el impacto en caso de accidentes también es mucho mayor, es por ello que en España existen normativas para las bicicletas eléctricas, de este modo se pueden prevenir los accidentes y generar un ambiente un poco más seguro, pero a pesar de esto ocurren varios problemas…
La realidad del ciclismo en España
Sucede que la legislación en España establece que una bicicleta eléctrica no debe tener un motor que supere los 250 vatios de potencia nominal y que la asistencia del motor solo se activa mientras se pedalea y hasta un tope de 25 km/h.
Pero aunque estas normas parecen claras ¡tienen un truco! Y es que no hay un límite para la potencia máxima que puede usar el motor, por lo que algunas bicicletas eléctricas, especialmente las de montaña, se benefician de este «vacío legal» para alcanzar potencias de hasta 1000 vatios.
Esta potencia es 4 veces mayor a la permitido por las leyes y por supuesto es un gran peligro para todos, pues con este vacío legal, los ciclistas están usando sus bicicletas a máxima potencia, casi como si fueran motos.
Y lo peor es que esto no solo representa un riesgo para ellos y para otros que usan las vías, sino que también genera un impacto más significativo en el entorno, lo cual es motivo de gran preocupación para las autoridades.
El gobierno deberá tomar medidas: pagarán justos por pecadores
Considerando la gravedad de este problema, parece que al gobierno no le quedará otra opción que poner mano dura para frenar a los ciclistas imprudentes y tendrán que modificar la legislación para obligar a los fabricantes a establecer límites más severos en la potencia de sus motores.
Lo más probable es que tanto España como toda Europa terminen estableciendo una restricción de 750 vatios pero específicamente a la potencia máxima en vez de a la potencia nominal, de hecho estas es la potencia máxima que permiten otros países como Estados Unidos.
Pero además con esta nueva normativa, la ayuda del motor eléctrico no podrá exceder una relación de 1:4 con respecto a la contribución del ciclista, mientras que actualmente se permite una multiplicación bastante mayor.
Si esto se confirma, la situación afectará principalmente a quienes practican deportes más extremos y que requieren ese apoyo extra del motor eléctrico para lidiar con los obstáculos de las montañas, pero lamentablemente esta parece ser la única opción.
Y como dice el dicho ‘pagarán justos por pecadores’ pues el ciclismo en montañas probablemente disminuya y con ello también bajarán las ventas de este tipo de bicicletas, pero al parecer es el precio que hay que pagar para tener más seguridad para todos.
Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de lograr un equilibrio entre seguridad, diversión y tecnología, de lo contrario las consecuencias pueden ser muy graves, sin embargo cada vez son más los países que apuestan por la seguridad y otra prueba de ello es Francia, quien está salvando vidas con este invento.