La nueva era del coche eléctrico está siendo trazada con la irrupción del «monstruo de Berlín«. Un tipo de automóvil que lleva años ganando notoriedad en la industria. Si quisiéramos adjudicar un solo inventor a este concepto no podríamos. Su llegada, desarrollo y evolución responden a múltiples descubrimientos e inventos que terminaron fusionándose.
La primera condición para la fabricación de coches eléctricos era contar con una batería recargable fiable. Anyos Jedlik creó un temprano motor eléctrico en 1828. Utilizando su nuevo invento también elaboró una prueba de concepto para emplear la electricidad como medio de transporte. Instituyó así un discreto molde de coche que podía moverse recurriendo a su motor.
Más adelante, en 1834, Thomas Davenport, un herrero de Vermont, creó otro pequeño modelo de vehículo eléctrico. Funcionaba con una discreta pista circular eléctrica. No contaba con fuentes de energía independientes recargables y, por ende, tenía un uso limitado como medio transporte si se extendían. El mundo tuvo que esperar hasta 1859 a que el físico francés Guston Plante trajera su batería de plomo.
El coche eléctrico más temido: Berlín tiene un monstruo y está dispuesto a utilizarlo
La tecnología ha seguido avanzando hasta traer ante nosotros piezas como el coche eléctrico disponible por menos de 12 000. Ahora, la filial de la alemana Mercedes Benz, Mercedes-AMG, ha mostrado su GT XX. Un deportivo eléctrico de cuatro puertas con tres motores eléctricos de flujo axial.
El “monstruo de Berlín”, como nosotros lo hemos apodado, atesora una potencia de 1000 kW (1360 CV). La pieza también posee una batería con celdas cilíndricas y refrigeración directa. Con un voltaje superior a 800 voltios y bajo consumo, existe la posibilidad de recargar 400 km de autonomía (WLTP) en apenas cinco minutos.
Reporta 5,20 metros de largo y 1,32 m de alto. El vehículo se elaboró considerando la baja resistencia aerodinámica, dado que el coeficiente de resistencia aerodinámica es de 0,198. Un valor todavía más bajo que el del EQS (0,20) y cercano al Lucid Air (0,197).
No obstante, el mejor valor continúa siendo el del Lightyear 0 (0.175), que solo desarrolla en series muy escasas, no llegó a prosperar. La zona frontal anota 2,24 metros cuadrados.
Cómo es el coche eléctrico capaz de competir con los F1
Sus llantas son de 21 pulgadas y se encuentran equipadas con “aeroblades” móviles. Únicamente se abren cuando se requiere un enfriamiento en los frenos. En la parte delantera, se vislumbra la presencia de una parrilla con barras verticales cromadas con la insignia de Mercedes.
La plataforma del vehículo está basada en AMG. Asimismo, la tracción se otorga por dos motores de flujo axial en el eje trasero y uno en el delantero. Esto tiene como resultado la tracción total, que permite velocidades por encima de los 360 km/h.
Un número considerable para un vehículo de sus características. Para ponernos en contexto, en 2025 la velocidad máxima reportada por un modelo Fórmula 1, en promedio, es de 340 km/h.
Al contrario de lo que sucede con los motores eléctricos de flujo radial utilizados en la actualidad, el flujo magnético de este vehículo (o sea, las líneas del campo magnética) está alineado de forma axial. Esto quiere decir que apunta en la dirección del eje de rotación del motor.
No en vano es el monstruo de Berlín: este coche eléctrico supera incluso a los F1
Por ahora, el AMG GT XX es un estudio de diseño. Sin embargo, las proporciones, materiales, tren motriz y baterías de carga ultrarrápida deberían hallarse en un modelo de producción en 2026.
Entonces, estaríamos en condiciones de decir que es el único coche eléctrico al que los monoplazas de F1 le tienen miedo. Mientras tanto, aseguran que este motor que se alimenta de la naturaleza podría hacerle frente.