El uso de gasolina, biocombustibles y coches eléctricos podría quedar en el pasado muy pronto. Todos los días estamos un paso más cerca del futuro. Y ese futuro podría dirigirse hacia un escenario muy diferente al que estamos acostumbrados. Poco a poco, los motores diésel van desapareciendo por completo del mercado.
No es el caso de la gasolina. Si bien los coches eléctricos y biocombustibles están ganando popularidad diariamente, la gasolina se utiliza como el sistema de propulsión provisional. Al menos hasta que la Unión Europea prohíba del todo la venta de los coches de combustión. Momento que se planea que suceda en 2035.
No obstante, se trata de motores sumamente contaminantes. Además, son muy poco eficientes. Su eficiencia está sujeta a la capacidad para convertir el calor de la combustión en trabajo mecánico. En promedio, la eficiencia térmica de un motor de gasolina se ubica entre el 20 y el 40%, según registra HyE. Esto engloba que entre el 60 y el 80% del calor originado durante la combustión se disipa en forma de calor residual. Por ende, no se transforma en trabajo útil.
El futuro aplasta a los coches eléctricos con una nueva tecnología
En un periodo automovilístico marcado por cambios, el hidrógeno se ve como una alternativa óptima a la gasolina. De ahí, que ya hayamos sido testigos de piezas como esta bestia de 740 CV. El hidrógeno se almacena a alta presión en un tanque. Esto para alimentar una celda de combustible.
Aunque esta es solo una de las maneras de utilizarlo como combustible. También puede realizar su función directamente en motores de combustión.
Esto como sustituto de gasolina o diésel. Corresponde a un gas que resalta por tener una gran densidad de energía por unidad de masa. El proceso de combustión produce agua como subproducto principal.
Al contrario de lo que sucede con los combustibles fósiles, que desprenden emisiones nocivas. Firmas del automóvil y la aviación ya están investigando nuevas tecnologías y combustibles. Con el fin de estirar la vida útil de los motores de combustión. Existen inversiones públicas y privadas.
Muchas se dirigen a la creación de coches eléctricos. De ellos, se espera el dominio del mercado europeo para 2050. Hay posibilidades de que otras tecnologías, como las de hidrógeno, extienda la existencia de los motores de combustión interna.
El hidrógeno podría imponerse
El motor de hidrógeno H2 Starfire es una clara muestra de ello. Se trata de una pieza aún en fase experimental. Lleva el sello de Astron Aerospace, compañía estadounidense. Resulta más compacto y ligero que otros motores de hidrógeno existentes.
Sumado a esto, se trata de un motor menos contaminante, con una eficiencia térmica superior. Superior tanto en los mejores motores de gasolina como en otros motores de hidrógeno.
Registra un 60% de eficiencia térmica. Lo hace debido a un revolucionario diseño que se despoja del sistema de pistones. Utiliza dos ejes que giran en direcciones opuestas.
El motor de hidrógeno podría desbancar para siempre a los biocombustibles y los coches eléctricos
Tiene unas dimensiones de 29x32x44 cm y un peso de 54 kg. Con estas características, el motor de hidrógeno tiene capacidad para producir 400 CV y un par motor de 678 Nm. Supera así en rendimiento a un gran número de motores tradicionales.
Un beneficio crucial es que no difunde NOx (óxidos de nitrógeno), dado que conserva la temperatura de combustión por debajo del umbral necesario para la conformación de estos gases. Los motores convencionales actúan a temperaturas que se acercan a los 1300 grados.
En el H2 Starfire, esta metodología cambia. Funciona a temperaturas más acotadas, otorgando como subproductos solo vapor de agua y aire. Después de que el motor supere las pruebas finales y llegue al mercado, podría llegar a ser el motor de combustión más eficiente.
La gasolina, los biocombustibles y hasta los coches eléctricos podrían temerlo. Aunque, por ahora, seguimos hablando de un “quizás”. Al mismo tiempo, la industria se está enloqueciendo con el primer coche volador de la historia.