Un ambicioso plan para fortalecer la industria europea de vehículos eléctricos. Es lo que pondrá en marcha la UE mediante una inversión de 1.800 millones de euros destinados a la fabricación de baterías. Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos del bloque para acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible y reducir su dependencia de las importaciones de baterías, principalmente provenientes de Asia.
La inversión busca no solo impulsar la producción local, sino también crear empleos y fomentar la innovación tecnológica en el sector automotriz europeo. Y así se lanzan a crear una cadena de suministro sólida y competitiva, capaz de suministrar baterías de alta calidad para los millones de coches eléctricos que se prevé circularán en los próximos años.
Baterías made in Europa
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció este miércoles que la institución pondrá en marcha un paquete de «Refuerzo de Baterías» por el que la Unión Europea aportará 1.800 millones de euros a capital para impulsar la producción de estos dispositivos. «Las baterías son un elemento clave para otras tecnologías limpias, especialmente los vehículos eléctricos, así que esto se dirige al corazón de nuestra independencia», dijo en el Discurso sobre el Estado de la Unión ante la Eurocámara.
En el mismo, Von der Leyen incidió en que «la independencia de Europa dependerá de su capacidad para competir en los tiempos turbulentos de hoy» en un momento en que «los vientos geopolíticos y económicos de cara soplan fuerte» y para ello abogó por invertir «masivamente en digital y tecnologías limpias».
«Tenemos que impulsar urgentemente la demanda para (tener) un liderazgo industrial europeo en tecnologías limpias«, defendió la alemana, quien anunció que para ello la UE introducirá criterios de fabricación europea («made in Europe») en sus licitaciones públicas.
Von der Leyen subrayó que la UE contará en el próximo presupuesto 2027-2034 con un nuevo Fondo de Competitividad, que Bruselas propone dotar con 410.000 millones de euros, y anunció que la Comisión Europea se asociará con inversores privados en un nuevo «Fondo Europeo de Ampliación de miles de millones de euros» para invertir en empresas «jóvenes y que estén creciendo rápido en áreas de tecnologías críticas».
«Queremos que lo mejor de Europa elija Europa», dijo la presidenta de la Comisión Europea, quien recordó que la institución prevé simplificar la regulación comunitaria con el fin de ahorrar en 8.000 millones de euros al año los costes burocráticos para las empresas con el objetivo de hacerlas más competitivas. En este contexto, la alemana defendió además que el mercado único europeo, el «mayor activo» del bloque, sigue «inacabado», especialmente en los sectores de las finanzas, la energía y las telecomunicaciones, con barreras internas que son «equivalentes a un arancel del 45 % en bienes y del 110 % en servicios, según el FMI.
Por eso, anunció que la Comisión Europea presentará una hoja de ruta hasta 2028 para completar este proyecto, lanzará una propuesta para poner en marcha el llamado «régimen 28» -una ventanilla a través de la cual las empresas puedan operar en toda la UE- e impulsará una «quinta libertad» en el bloque relacionada con «el conocimiento y la innovación».
En definitiva, con este movimiento la UE quiere posicionarse como líder en movilidad eléctrica, enfrentándose a la competencia internacional (sobre todo la que viene de China que fabrica uno de cada tres vehículos que se producen en el mundo cada año) y asegurando una transición justa para todos los ciudadanos y sectores afectados. EFE / ECOticias.com