Tras romper la barrera de los 2.000 km, Volkswagen duda sobre un futuro 100 % eléctrico. De hecho, ya se han fijado en otro combustible. El camino hacia la electrificación parece imparable. Sin embargo, la combustión sigue entre nosotros.
La empresa tiene en sus planes el lanzamiento de un coche eléctrico de menos de 20.000 euros, ser una alternativa para los actuales clientes de Tesla y liderar la fabricación de las baterías eléctricas. Está claro que Volkswagen tiene fe en la electrificación, pero eso todavía no es suficiente para dejar 100% de lado los motores de combustión.
El coche eléctrico está creciendo en popularidad, pero todavía no es completamente rentable para Volkswagen. A pesar de que las ventas de los modelos ID.3 e ID.4 están siendo interesantes, todavía no se puede hablar de una competencia real con gigantes a la altura de Tesla.
Volkswagen confía en el coche eléctrico, pero no solo en él
Esta situación no frena los planes de la compañía de seguir invirtiendo en el eléctrico. Es más, dos tercios de la asignación de su capital se están destinado a su desarrollo. En contraposición, una tercera parte irá para la elaboración de motores de combustión.
Arno Antlitz, Director Financiero y de Operaciones del Grupo VW, se refirió al asunto en un evento de Reuters celebrado en Múnich el año pasado. Señaló que un tercio “se seguirá destinando a mantener la competitividad de nuestros coches de combustión. El futuro es eléctrico, pero el pasado no ha terminado. Es un tercio y seguirá siendo un tercio”.
Esto quiere decir que el fabricante alemán seguirá desarrollando motores de combustión durante el periodo de transición. No se traducirá necesariamente en nuevos motores o tecnologías, pero sí en una garantía de que habrá versiones de gasolina de sus vehículos disponibles durante los próximos días, ya que se mantendrá la producción de motores actual.
Volkswagen no confía del todo en el coche eléctrico
Mientras Volkswagen sigue invirtiendo en rentabilidad con motores de combustión (hasta que las tecnologías sostenibles estén 100% instaladas) e investiga el campo de la electricidad, el hidrógeno continúa presente en la estrategia de la compañía. Es una tecnología popular como posible alternativa a los fósiles y, teniendo en cuenta la situación ambiental actual, conviene agotar todas las posibilidades.
Volkswagen acumula casi una década de experimentación con el hidrógeno, pese a que la firma alemana ha dado pocos indicios de esta tecnología en los últimos años. No obstante, a principios de 2022 forjó una alianza de cooperación con un grupo de especialistas alemanes en pilas de combustible (Kraftwerk Tubes).
Esta pieza promete una autonomía máxima de 2.000 kilómetros en un vehículo FCEV. Su novedosa pila de combustible dispone de una nueva membrana cerámica que no requiere de platino, y que reemplaza la misma capa plástica de usan Toyota o Hyundai. Prescindir de este precioso material, sumamente demandado en joyerías, abarata el coste del desarrollo y permite duplicar la autonomía.
Pero la membrana cerámica también posee un objetivo especial: su facilidad para humedecerse que, con el plástico, obliga al sistema adicional para este cometido.
Los expertos de Kraftwerk Tubes explican que es fundamental mantener húmeda la membrana de plástico para evitar que se congele en las zonas más frías del mundo, se seque en los espacios más cálidos y evite la creación de hongos y bacterias en el interior del sistema, dado que la temperatura adecuada en su interior debe sobrepasar los 40ºC.
Volkswagen sigue con los motores de combustión e investiga el hidrógeno: el eléctrico no lo es todo
En definitiva, Volkswagen duda sobre un futuro 100 % eléctrico. Es por eso que se han fijado en otro combustible: el hidrógeno. Innovación y conservación parecen ser los dos conceptos sobre los que la compañía espera moverse los próximos años. Mientras se define su futuro, confirma el Proyecto Trinity.













