“Los venenos tanto sean de origen animal, vegetal o mineral, se han utilizado durante siglos para preparar ungüentos, cataplasmas, antídotos y más recientemente en los medicamentos modernos.”
Un médico persa del siglo décimo descubrió que muchos de los venenos conocidos en dosis muy pequeñas y manipuladas con los cuidados necesarios, podrían ser empleados como agentes de curación.
Las plantas fueron y aún lo son, fuente de curación y un ingrediente común en los medicamentos preparados por curanderas “médicos brujos” y “hechiceros” en todas partes del mundo.
Esta es una lista de una serie de animales, plantas y hasta un mineral, que pueden resultar letales pero que además de ser usados por la medicina tradicional, tras años de investigación, algunos de ellos también forman parte de una serie de medicamentos de última generación.
Adormidera (Papaver somniferum)
La Amapola blanca o adormidera, es una planta cuyos frutos y savias secas tienen un alto contenido de alcaloides y se utilizan para fabricar la morfina, la codeína y también es la base del opio y de la heroína. El consumo de los tallos de esta planta puede producir intoxicaciones graves.
Las semillas, muy utilizadas en repostería y panificados, no contiene opiáceos y son un poderoso antioxidante. También se fabrica con ellas aceites industriales y con los pétalos se preparan infusiones y perfumes.
Arácnidos (Aracneae)
El veneno de la viuda Negra, perteneciente al del género Latrodectus, puede resultar mortal para las personas que son picadas, pero es muy útil en ciertos tipos de enfermedades del corazón.
La Aranea diadema se produce a partir del veneno de la araña de jardín europea (Araneus diadematus) y combate eficazmente la artritis y los de varias Tarántulas ayudan a la cicatrización y al daño del tejido nervioso. El de la Tarentula hispanica fue el prototipo de los remedios que se extraían del veneno de las arañas.
Arsénico (As, 33)
Es un elemento químico que ocupa el lugar número 33 en la Tabla Periódica y se emplea habitualmente en herbicidas, pesticidas y para preservar las maderas, entre otros muchos usos; es extremadamente venenoso para las personas.
Sin embargo es un componente vital para la vida humana y se obtiene de forma natural del consumo de pescados, mariscos, vegetales y carnes. En la antigüedad se lo usaba para combatir la disnea, las toses pertinaces y los problemas en la voz. Hoy es parte de muchos complejos vitamínicos y minerales y el trióxido de arsénico se recomienda para el tratamiento del cáncer y la psoriasis.
Caracol cono (Conus purpurascens)
La picadura de este caracol marino puede resultar mortal y no se conoce antídotos para combatirla, además de dolorosa, la acción de su efecto es muy rápida tanto que se le denomina popularmente el “caracol cigarro” ya que tras su ataque a la víctima solo le queda tiempo para fumar un cigarrillo.
Sin embargo uno de los componentes del veneno, llamado conotoxina, en cantidades diminutas es capaz de interrumpir la transmisión de señales en las vías nerviosas de una manera altamente selectiva bloqueando las señales del dolor, por lo que es utilizada en el desarrollo de analgésicos para pacientes con cáncer y enfermedades o dolor crónicos.
Cicuta (Conium maculatum)
El famoso veneno que tomó Sócrates, proviene de una peligrosa planta que posee una neurotoxina llamada coniína o conicina. Su ingestión provoca: mareos, flojedad, hipotermia y culmina con una parálisis generalizada y la muerte. No hay antídotos para la cicuta.
Antiguamente se empleaba en contra del tétanos, las afecciones venéreas, la tisis y la rabia. Las cataplasmas de hojas y frutos y el aceite se usan como analgésico, antiespasmódico y anestésico local.
Dedalera (Digitalis purpurea)
Sus hojas contienen un principio activo llamado digitalina cuyo extracto se empleó desde fines del siglo XVIII para controlar los edemas (antiguamente conocidos como hidropesía), las arritmias y otras dolencias cardíacas. En la medicina tradicional china y la india, se utiliza para tratar la diabetes y el estreñimiento.
Si se consumen directamente sus hojas o sus flores, las consecuencias pueden ser mortales, ya que provoca desórdenes a nivel tanto intracelular, como en el sistema nervioso parasimpático y en el corazón.
Hormigas rojas (Solenopsis)
Este insecto que en lugar de usar el método habitual de picar u rociar la herida, se cogen con sus fuertes pinzas a la presa e inyectan con su aguijón un alcaloide venenoso llamado piperidina. Las picaduras producen fuertes escozores que duran días y tardan en cicatrizar, pero en personas alérgicas una anafilaxia puede ser letal.
Los científicos recolectan la piperidina, por que algunos de sus compuestos han demostrado ser útiles como estimulantes de la función cognitiva, por lo que se los usa como parte de los tratamientos aplicados a pacientes con Alzheimer.
Nuez vómica (Strychnos nux-vomica)
Principalmente de esta planta (y de otras de la misma especie) se extrae un alcaloide muy peligroso: la estricnina, que suele usarse como matarratas y pesticida. Para el ser humano una dosis mayor a 25 mg es mortal por asfixia y fallo respiratorio.
Durante muchos años este producto que se vendía en forma de polvo de color blanco y sabor amargo, se usaba como estimulante cardíaco en dosis muy pequeñas y controladas. En la actualidad se emplea en algunos casos puntuales para la realización de pruebas de EEG.
Ranas (anuros anfibios)
Existen varios tipos de ranas que producen histrionicotoxina que es parte activa del veneno de su epidermis. La más conocida es la Rana Arlequín (Oophaga histriónica) que gracias a su dieta, acumula en la piel un peligroso alcaloide que puede ser mortal.
La toxina ejerce su acción sobre las células del sistema nervioso y produce una alteración en la conducción de los mensajes sinápticos. Se usa como base para la fabricación de ciertos fármacos que ayudan a combatir enfermedades como la miastenia grave o el Alzheimer.
Yarará o Jararaca (Bothrops jararacá)
Es una serpiente altamente venenosa que vive en sud América (Argentina, Paraguay y Brasil) cuya mordedura puede resultar fatal si no se trata a tiempo, ya que produce graves problemas en el sistema circulatorio y cardíaco.
Un péptido extraído del veneno de este ofidio es uno de los compuestos de un medicamento llamado captopril, de uso común para tratar casos de hipertensión, de fallas cardíacas del tipo congestivo, para la recuperación tras un ataque al corazón y para pacientes diabéticos con problemas renales.
Muchas serpientes son usadas para fabricar antídotos contra las mordeduras del propio ofidio y de algunos de la misma especie o familia.