«Cuando me quedé embarazada, Panda comenzó a seguirme a todos lados para subirse a mi vientre, apoyar su cabeza y abrazarlo, como si lo protegiera», dijo Liel Ainmar Assayag, de Alberta (Canadá) a Love Meow. Así se pasó los 9 meses de embarazo hasta que el pequeño Sean vino al mundo para conocerlo.
Que los animales tienen un sexto sentido no es algo nuevo, así como tampoco que el amor que pueden llegar a dar sea capaz de sorprendernos (una vez más). Esta esta historia de Panda, una gata de dos años y medio adoptada, cuyo amor por el bebé de la familia es tal que lo lleva cuidando incluso antes de que naciera.
«Cuando me quedé embarazada, Panda comenzó a seguirme a todos lados para subirse a mi vientre, apoyar su cabeza y abrazarlo, como si lo protegiera», dijo Liel Ainmar Assayag, de Alberta (Canadá) a Love Meow. Así se pasó los 9 meses de embarazo hasta que el pequeño Sean vino al mundo para conocerlo.
Su actitud no cambió un ápice cuando pudo oler por primera vez a su nuevo amo y, aunque no le permiten estar dentro de la cuna del bebé, Panda busca constantemente la manera en sentirse cerca del bebé apoyándose al lado de la cuna y velando sus sueños.
Liel es una orgullosa mamá de bebé y de gato y anima, más que nunca, a que la gente adopte animales en lugar de comprarlos, ya sean o gatos perros callejeros o rescatados. El amor incondicional que pueden llegar a dar este tipo de seres puede llegar a ser increíble.
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