Tiburones: una evolución impulsada por el hábitat. Su conclusión es que, en las especies de tiburones más extendidas, las mandíbulas muestran una variación de forma relativamente pequeña durante millones de años. La mayoría de las mandíbulas variables que se encontraron pertenecían a tiburones de aguas profundas.
Uno de los rasgos más destacados de los tiburones es la forma de sus mandíbulas inferiores, provistas de dientes impresionantes. Gracias a ellas, estos escualos pueden alimentarse de una amplia variedad de presas. Lo que también los ubica entre los principales depredadores del océano. Y en la cima de la cadena trófica de sus ecosistemas.
El amplio espectro de presas también se refleja en las correspondientes adaptaciones que los tiburones han desarrollado a lo largo de su historia evolutiva. Todas estas adaptaciones les permiten extenderse a prácticamente todos los hábitats marinos. Y algunas especies incluso se aventuraron en corrientes de agua dulce.
Un equipo de investigación internacional y multidisciplinario, ha investigado cómo cambió la forma de las mandíbulas de los tiburones durante su evolución. Los resultados ilustran la importancia de la presa, el nivel en las redes marinas y el hábitat en relación con la diversidad de formas de mandíbula entre las especies de tiburones. Esto también ayuda a descubrir las causas evolutivas de las diferencias en la morfología de la mandíbula relacionadas con los hábitats.
Historia evolutiva de más de 180 millones de años
Los tiburones de hoy tienen una larga historia evolutiva, con algunos taxones que se pueden rastrear hasta hace 180 millones de años. Durante todo este tiempo han sido un componente clave en la fauna del reino marino y sus redes tróficas. Ocupando principalmente posiciones tróficas superiores. Al mismo tiempo, los tiburones adoptaron muchos estilos de vida y formas.
Para estudiar la posible relación entre la morfología de la mandíbula y el estilo de vida de los tiburones, se realizó un análisis cuantitativo utilizando tomografías computarizadas de rayos X de las mandíbulas de 90 especies de tiburones. Y se prepararon reconstrucciones en 3D para estimar cómo evolucionó la forma de la mandíbula de los tiburones a lo largo del tiempo.
A más profundidad, mayor variación
Los resultados indican sorprendentemente que, entre grupos muy ricos en especies, como los tiburones réquiem, las mandíbulas muestran pocas variaciones de forma. Esto es interesante, ya que los tiburones réquiem son uno de los grupos más ampliamente distribuidos en el medio ambiente marino de todo el mundo.
Otro hallazgo interesante es que la mayoría de las mandíbulas variables se encontraron entre las especies que viven en las profundidades del mar. «Aunque los tiburones de las profundidades marinas no están tan ampliamente representados en los datos como los tiburones de arrecife, muestran las formas más dispares observadas en nuestro análisis». Esto lo explica el primer autor, Faviel A. López-Romero, del Departamento de Paleontología de la Universidad de Viena.
Entre muchas adaptaciones halladas, los tiburones que habitan en las profundidades marinas exhiben varias características especiales. Que van desde la bioluminiscencia hasta las más refinadas estrategias de alimentación. Puesto que, si bien algunos pueden sacar grandes trozos de ballenas, los hay que prefieren alimentarse de huevos o cefalópodos.
Para la mayoría de las especies que se encuentran en los arrecifes y los grandes depredadores superiores en mar abierto, las opciones parecen más limitadas. Por lo que se decantan por alimentarse principalmente de peces e incluso de otras especies de tiburones.
«Por supuesto, muchos tiburones en estos entornos se alimentan de una gran variedad de presas y solo unos pocos se han adaptado a una presa única y específica. Este es el caso del tiburón cabeza de bonete, Sphyrna tiburo, que se alimenta casi por completo de cangrejos de caparazón duro. Mientras que solo ocasionalmente captura camarones y peces”. Dicha afirmación es de Jürgen Kriwet de la Universidad de Viena, quien participó en este estudio.
Cambios en el tiempo
Al estudiar la evolución de la forma de la mandíbula, también fue posible reconstruir los cambios evolutivos en la forma de la mandíbula a lo largo del tiempo. «Se produjeron cambios notables en los tiburones alfombra, durmiente y mielga.
Estos probablemente fueron concomitantes con la clara distribución de estos tiburones en los arrecifes y en las profundidades del mar. Lo que los distingue de forma notable a nivel morfológico de otras especies con mandíbulas más grandes. Esto es algo que suele verse en los depredadores superiores en mar abierto”, concluye Faviel A. López-Romero. Tiburones: una evolución impulsada por el hábitat
Referencia: en este estudio multidisciplinario intervinieron: la Universidad de Viena, el Imperial College de Londres (Reino Unido), el Muséum national d’histoire naturelle (París, Francia), Christian-Albrechts, la Universidad (Kiel, Alemania) y el Museo Naturalis (Leiden, Países Bajos). Los resultados fueron publicados en la revista Communications Biology.