Los árboles maduros de los centros urbanos regulan el flujo de agua y desempeñan un papel clave en la prevención de inundaciones y en la reducción del riesgo de sufrir desastres naturales. Un árbol de maduro es capaz de interceptar más de 15.000 litros de agua por año.
Una ciudad con una infraestructura verde sana, correctamente planificada, protegida y bien administrada se vuelve más sostenible, por lo que mejora la calidad de vida de sus habitantes, se adapta mejor al cambio climático, conserva los ecosistemas y reduce el riesgo de sufrir desastres.
Tala de árboles en Avilés
El Ayuntamiento de Avilés sigue empeñado en acabar con los grandes árboles de la localidad más contaminada de España (según datos del Miteco de las Pm10), como los talados recientemente en los Canapés. Estos 6 grandes árboles que han sido talados o mutilados en la avenida de Oviedo a la orilla de la carretera general, eran los últimos que quedaban en esa orilla después de las obras de urbanización realizadas hace años y gozaban de una aparente buena salud como demostraron en los últimos años.
Los ecologistas de Avilés recuerdan que los árboles maduros desempeñan un papel importante generando sombra y un aumento de la biodiversidad urbana, proporcionando a plantas y animales: un hábitat, alimentos y protección favorables.
Además de la sombra, reduciendo el efecto «isla de calor», enfriando el entorno entre 2 y 8 grados (respecto al calor generado por el asfalto y otros materiales), un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de CO2 por año, desempeñando un papel importante en la mitigación del cambio climático. Especialmente en ciudades con altos niveles de contaminación como es Gijón, los árboles mejoran la calidad del aire, haciendo que las zonas urbanas sean más saludables para vivir.
Los árboles grandes son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas. Absorben los gases contaminantes (como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, el ozono y los óxidos sulfurosos) y filtran partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire atrapándolos en las hojas y la corteza.
En Avilés no se puede permitir la tala de árboles sanos que son una de las mejores herramientas para paliar la elevada contaminación que respiran sus vecinos desde hace décadas, lo que nos hace encabezar ser el sitio más contaminado de España por las partículas de menos de 10 micras., por lo que es preciso no se permitan estas talas y sin demora se repongan los árboles desaparecidos.
