En el embalse valenciano de Bellús se han detectado niveles elevados de eutrofia, es decir, concentraciones excesivas de nutrientes (como nitratos y fósforo) que favorecen el crecimiento descontrolado de algas, fitoplancton y biomasa en general, empeorando el estado químico y ecológico de sus aguas.
Ante ello, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha puesto en marcha una nueva fase de actuación consistente en una retirada selectiva de peces, sobre todo pertenecientes a especies exóticas invasoras, con el fin de mejorar la calidad del agua y disminuir esos efectos adversos.
Peces en la mayoría de los casos que son especies exóticas invasoras
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha iniciado esta semana una retirada selectiva de peces en el embalse de Bellús con el objetivo de seguir trabajando en la mejora del potencial ecológico y del estado químico de sus aguas. La actuación forma parte del Proyecto piloto para la mejora del grado de eutrofia de los embalses de la Demarcación del Júcar mediante la extracción de masa piscícola y cuenta con un presupuesto de 217.000 euros, según ha informado la CHJ en un comunicado.
Este proyecto viene a complementar la batería de actuaciones llevadas a cabo por este organismo desde hace varios años para mejorar la calidad de las aguas del embalse de Bellús y, por ende, del río Albaida. Según las fuentes, durante el año se realizan diferentes muestreos que permiten conocer el estado químico y biológico del embalse, resultados que califican como «peor que bueno» el estado de las aguas, y los problemas están relacionados con el índice de estado trófico tan elevado que presenta el embalse, debido a una alta concentración de nutrientes.
De hecho, indican que estudios previos realizados por la Confederación determinaron la presencia de alrededor de 45 toneladas de peces en el embalse de Bellús, siendo la gran mayoría especies exóticas invasoras. Con la actuación puesta en marcha esta semana, la CHJ pretende retirar una parte de este excedente piscícola, con un mínimo de 10 toneladas, para poder analizar si su extracción se traduce en una notable mejoría de la calidad de las aguas embalsadas y luego vertidas al río Albaida.
Por ello, el seguimiento del estado trófico antes, durante y después de las tareas de despesque se considera esencial. Con el objetivo de lograr un seguimiento lo más exhaustivo y pormenorizado posible, la CHJ utilizará los datos en tiempo real que ofrece una plataforma limnológica, instalada en Bellús en 2023, del estado de la calidad de las aguas del embalse, concretamente: oxigeno, pH, conductividad, clorofila y ficocianinas.
Desde el Área de Calidad de las Aguas de la Comisaría de Aguas han confirmado que la técnica de los despesques ya ha sido testada en diferentes partes de Europa y del resto del mundo con resultados muy positivos. De hecho, el año pasado la Confederación puso en marcha una serie de trabajos similares en otros embalses con la misma problemática como Ulldecona, Beniarrés y María Cristina, aunque desde un prisma y objetivo diferentes.
Entonces, la sequía obligó a reducir la biomasa en estos embalses con el fin de evitar una mortandad masiva de especies piscícolas y garantizar así la calidad del agua, tanto para abastecimiento urbano como para regadío.
Trabajos previos y varias técnicas de pesca
Durante los últimos meses, la CHJ ha trabajado en la planificación y diseño de extracción, así como el transporte a vertedero autorizado de los peces. Este tiempo ha servido para establecer los lugares, tiempos y técnicas de pesca idóneos, las especies objetivo (en su mayoría, black bass, carpín, carpa dorada o alburnos), la preparación de boletines o la tramitación de las autorizaciones pertinentes, entre otras cuestiones.
A finales de julio se realizaron los primeros trabajos de extracción de biomasa que permitieron concretar la identificación de los lugares idóneos para realizar la pesca y determinar que las mejores técnicas para las capturas, se realizaron mediante redes y electro-pesca con embarcaciones.
Los trabajos se prolongaron durante varios días y, atendiendo las recomendaciones de los expertos, se decidió posponer los despesques hasta finales del mes de septiembre con el objetivo de aumentar los rendimientos de pesca aprovechando que el nivel de agua acumulada en el embalse es menor.
Aunque se retire parte de la biomasa, la eficacia dependerá de que otras fuentes de nutrientes estén controladas (vertidos, escorrentías agrícolas, puntos de contaminación). La sostenibilidad del agua embalsada también depende de los niveles hídricos (sequías, entradas de agua) ya que con menor volumen las condiciones pueden empeorar. Por ello, será importante evaluar los efectos ecológicos de la extracción y ver si esta se convierte en un modelo para otras aguas con problemas similares. EFE / ECOticias.com