Organizaciones ambientalistas celebran, por un lado, los resultados de esta COP16; el establecimiento de un nuevo organismo dedicado a proteger los derechos, roles, territorios y conocimientos de las comunidades indígenas; un progreso en la protección de los océanos y la integración de la biodiversidad y la acción climática. Pero una suspensión de las negociaciones de último minuto, bajo un clima de tensión, deja una clara decepción sobre la falta de financiación para frenar la perdida de biodiversidad.
Los gobiernos en la COP16 han presentado sus planes para proteger la naturaleza, pero no han sido capaces de llegar a acuerdos para movilizar el dinero para hacer efectiva esta protección. La financiación de la biodiversidad sigue estancada por falta de voluntad por parte de los gobiernos ricos y lobbies empresariales inmunes a las consecuencias de no proteger la naturaleza.
Sin embargo, las grandes farmacéuticas y las grandes corporaciones alimentarias no lograron bloquear un acuerdo innovador sobre la responsabilidad corporativa para pagar por la protección de la naturaleza.
Conseguir financiación no es solo una obligación moral, que también, es una necesidad ‘vital’ para proteger a las personas y la naturaleza
Es ‘vital’ para la protección de las personas y la naturaleza, algo que se vuelve más urgente cada día. A una semana del comienzo de la COP29 de Clima, que no se haya cerrado la decisión sobre un fondo de financiación, daña la confianza entre los países del Sur y del Norte Global. Para las organizaciones ambientalistas, la única manera de avanzar es proteger los ecosistemas que sustentan nuestras vidas y construir un puente político entre la biodiversidad y la acción climática.
Colombia ha sabido aprovechar la COP16 para llevar al centro de las negociaciones gran parte de la agenda prioritaria del Sur Global, luchando hasta el último minuto por alcanzar acuerdos sobre financiación. El establecimiento de un organismo dedicado a los pueblos indígenas y las comunidades locales, el reconocimiento de las comunidades afrodescendientes dentro de la convención y el progreso en la agenda de los océanos son avances enormemente importantes durante negociaciones largas y desafiantes.
Es fundamental que estos acuerdos se conviertan en la base de acciones concretas para proteger la naturaleza, especialmente en Latinoamérica. Con la COP30 de Brasil en el horizonte, América Latina no puede permitirse más pérdida de biodiversidad y se necesita implementar efectivamente los acuerdos adoptados a nivel global. La movilización de la financiación comprometida por los países desarrollados debe cumplirse de inmediato y sin más excusas. Es inaceptable que los países ricos, además de no cumplir con el compromiso de 20 mil millones de dólares, no estuvieran dispuestos a buscar consenso en una de las cuestiones más cruciales: la financiación para frenar la perdida de biodiversidad.
A pesar de todo nos ha quedado un ‘buen sabor de boca’ la aprobación se dio a última hora en la COP16 “la creación de un nuevo órgano subsidiario del Artículo 8J” del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, para la protección de los pueblos indígenas.



















