La percepción de la regularidad geométrica en las formas, una forma de geometría euclidiana elemental, es una intuición matemática fundamental en los humanos. Los expertos ha demostrado este tipo de comprensión geométrica en un animal: la corneja negra.
Se entrenó a cornejas para detectar una forma intrusa visualmente distintiva entre seis formas arbitrarias concurrentes. Los cuervos pudieron aplicar inmediatamente este concepto de intruso a los cuadriláteros, identificando el que presentaba propiedades geométricas diferentes a las demás del conjunto.
Las cornejas exhibieron un efecto de reconocimiento de la regularidad geométrica, mostrando un mejor rendimiento con formas que presentaban ángulos rectos, líneas paralelas o simetría que con formas más irregulares.
Esta ventaja en el rendimiento no requirió aprendizaje. Los hallazgos sugieren que las intuiciones geométricas no son específicas de los humanos, sino que están profundamente arraigadas en la evolución biológica.
Intuiciones geométricas genéticamente arraigadas
Dos cornejas adultas tienen la capacidad de distinguir entre formas geométricas irregulares, una competencia que se creía exclusiva de los seres humanos. La investigación, publicada en Science Advances demuestra que estas aves carroñeras pueden reconocer cuadriláteros asimétricos en distintas posiciones y orientaciones desde su primer entrenamiento.
En este sentido, este tipo de córvidos entienden las formas geométricas de manera espontánea e intuitiva. “No necesitan ser entrenados para percibir esa regularidad y la reconocen de forma inmediata”, añade el investigador.
Para su indagación, Nieder y su equipo emplearon cornejas negras (Corvus corone corone) debido a que son conocidas por su inteligencia y habilidades aritméticas.
En primer lugar, presentaron a estas aves una serie de seis formas no cuadriláteras de distinto tamaño y posición, entre las que se encontraban cinco estrellas y una luna creciente.
Luego, les animaron a picotear la única figura atípica, y repitieron el experimento con otras formas como cuadriláteros, trapecios y rombos más irregulares. Cada prueba incluyó cinco formas idénticas con posiciones y rotaciones diferentes.
Hábiles por naturaleza
Los resultados mostraron que los córvidos no adquirieron su percepción de regularidad mediante el aprendizaje, sino que esta habilidad ya estaba presente desde el comienzo de la prueba.
No obstante, la tasa de éxito de estos animales disminuyó a medida que los investigadores comenzaron a presentar cuadriláteros más complejos, con ángulos más variables y menos simetría.
En este aspecto, los humanos y los cuervos son parecidos. “Cuanto más irregulares son las formas, más difícil es detectar irregularidades adicionales en los dibujos lineales, tanto para nosotros como para los cuervos”, destaca Nieder. “Esto confirma que los cuervos son sensibles a la regularidad geométrica”, añade.
Las cornejas y los conocimientos geométricos
Después de 15 años estudiando a estas aves, Nieder resalta la elevada inteligencia y capacidad para desarrollar tareas complejas de las cornejas. En estudios anteriores, demostraron que estos ovíparos entienden de aritmética básica y son capaces de discriminar y procesar números.
“La aritmética es una de las principales ramas de las matemáticas. Esto nos llevó a preguntarnos si también tendrían conocimientos básicos de geometría” cuenta el científico.
En sus investigaciones, los ovíparos destacaron por tener un sentido visual para la geometría euclidiana, una aptitud que usan en altura para orientarse y que, a la vez, es muy rara dentro del mundo animal no humano.
“Actualmente, estos córvidos son la única especie animal conocida que ha detectado con éxito irregularidades geométricas. Esto sugiere que nuestra comprensión geométrica puede estar arraigada en la historia evolutiva”, argumenta Nieder.
Pese a ello, los estudios para saber si los babuinos tenían esta aptitud matemática fueron negativos. “Sigue siendo posible que los primates no humanos puedan percibir regularidad geométrica en condiciones diferentes, pero todavía no se ha demostrado”, concluye Nieder.