El impacto económico global de las especies invasoras podría superar, en algunos casos, en más de un 1600 % las estimaciones previas, con costes que alcanzarían los 35 000 millones de dólares anuales durante las últimas seis décadas.
Es lo que concluye un estudio internacional publicado en Nature Ecology & Evolution que cuenta con la participación de la Estación Biológica de Doñana – CSIC.
“Las especies invasoras son uno de los principales factores de pérdida de la biodiversidad en el mundo. Además, cuestan miles de dólares a las economías mundiales, por ejemplo, en daños a la agricultura, a la salud, o a la seguridad de los alimentos y del agua”, explica Elena Angulo, investigadora de la Estación Biológica de Doñana y una de las autoras del estudio.
Los resultados, basados en datos de 162 especies invasoras de distintas partes del mundo, evidencian los daños potenciales y podrían contribuir a que los países planifiquen estrategias de gestión más rentables.
Estudio internacional publicado en ‘Nature Ecology & Evolution’
La gravedad del impacto a los ecosistemas de las especies invasoras era de sobra conocida, pero no así tanto el coste económico de afrontar el problema. La factura podría ser un 1.646% superior a lo que se pensaba en el caso de unas 162 especies, es decir, casi 17 veces más, según un nuevo estudio publicado este lunes en la revista Nature Ecology & Evolution.
Entre ellas, están especies invasoras en Europa, como el mosquito tigre, la rana toro, o el árbol del cielo, que se han extendido con gran rapidez en nuestro continente provocando importantes daños a las especies autóctonas y a nuestros ecosistemas, según el estudio, que tiene como uno de los autores principales al ecólogo español Ismael Soto, investigador predoctoral de la Universidad de Bohemia del Sur, en República Checa.
Las invasiones biológicas, alertan los autores, suponen una amenaza mundial para la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y las economías, y han contribuido al 60% de las extinciones mundiales registradas.
Hasta ahora se infraestimaba su impacto económico, puesto que este se calculaba únicamente con base en unas pocas especies de Europa y Norteamérica, mientras que no había datos suficientes de otras regiones en África y Asia.
Un impacto económico similar al de los fenómenos extremos
Para ofrecer una representación más precisa de los costes a escala mundial, Soto, junto al coautor principal Brian Leung y sus colegas, han combinado los costes estimados (como los daños a la agricultura) a escala nacional de 162 especies con modelos de su distribución por el mundo.
Además, los autores han creado modelos para calcular los costes de estas especies en otros países, incluidos 78 de los que no se disponía de datos, como Bangladés, Costa Rica, Chipre y Egipto. Se calcula que el daño económico total a escala mundial han sido de unos 35.000 millones de dólares anuales en los últimos 60 años.
Se trata de una cifra similar a los costes mundiales de los fenómenos meteorológicos extremos atribuibles al cambio climático. El impacto más elevado se ha registrado en Europa (1,5 billones de dólares), seguida de Norteamérica (226.000 millones dólares) y Asia (182.000 millones).
Las plantas invasoras, lo péor de las plagas
Las plantas invasoras —como el arbusto de las mariposas, el jacinto de agua y la prímula de agua— han resultado ser el grupo con el coste total estimado más elevado en los últimos 60 años (926.380 millones de dólares). Por ejemplo, se calcula que el impacto ambiental de la planta de acacia negra ha costado a Sudáfrica 2.000 millones de dólares. Los artrópodos (830.290 millones de dólares) y los mamíferos (263.350 millones) son los siguientes grupos con mayores costes totales estimados.
Los resultados «ponen de relieve la urgente necesidad de estrategias y políticas de gestión específicas para cada región» para mitigar eficazmente los efectos de estas especies en todo el mundo. Pero, ¿cómo se lucha contra ello?
El estudio muestra que reaccionar una vez la especie ya está implantada en un territorio supone una gestión «demasiado tardía y mucho más costosa», según afirma Laura Varone, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, en declaraciones al Science Media Centre España.
Por ello, defiende que las iniciativas preventivas y proactivas de control «basadas en la ciencia y respetuosas con el medio ambiente no solo son rentables, sino también necesarias para la resiliencia ecológica a largo plazo».
«Este estudio es muy acertado, ya que las valoraciones económicas están resultando mucho más eficaces a la hora de despertar y sensibilizar a la sociedad sobre el grave problema ambiental y de salud pública que suponen las especies exóticas invasoras, especialmente en Europa, donde se registra el 71 % de los costes mundiales», ha señalado por su parte Graciela Gómez Nicola, profesora del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución (Zoología) de la Universidad Complutense de Madrid, también ha declarado.