Según los datos de la organización SEO/BirdLife, aportados por el Informe de las Aves de España 2024 en nuestro país ya son 109 las especies de aves comunes que han sufrido una disminución de población de un 2,5% en los últimos 20 años y que presentan un descenso aún más marcado en el decenio entre 2012 y 2021.
Casi tres décadas de seguimiento de poblaciones de aves comunes han permitido conocer el estado de los ecosistemas a través de la evolución de las poblaciones de este tipo de avifauna.
Las aves comunes son las que tienen una distribución más amplia y poblaciones abundantes. La alondra y el gorrión común o el abejaruco europeo son algunas de las especies que poco a poco están disminuyendo en nuestro país.
El Informe de las Aves de España 2024 confirma un declive generalizado de poblaciones
El informe El Estado de Los las Aves de España 2024, que SEO/BirdLife presentó en la tarde de ayer 19 de noviembre, en sus Jornadas Ornitológicas 2025, muestra el conocimiento más actualizado sobre la situación de la avifauna española.
El documento recoge los resultados de los trabajos realizados durante 2024 en los programas de seguimiento, censos nacionales, programas Paser y Migra, revisión de IBA y del Libro Rojo de las Aves de España, así como los logros de los diferentes grupos de trabajo de SEO/BirdLife, haciendo una radiografía precisa del estado de conservación de estas especies.
Los programas de seguimiento Sacre (primavera), Sacin (invierno) y Noctua (nocturnas), basados en ciencia ciudadana, evidencian una caída generalizada de las poblaciones de las aves.
Las nocturnas presentan el peor estado de conservación, encontrándose más de la mitad de ellas en declive y ninguna en aumento.
En primavera, el 43 % de las especies presenta declive de sus poblaciones con respecto a 1998. Afortunadamente, en invierno parece que la situación no es tan crítica, estando el 66 % de las especies en situación estable o favorable.
Las aves nocturnas encabezan el peor estado de conservación
Muchas especies ampliamente distribuidas y con alta presencia en las muestras presentan tendencias negativas. El gorrión común, con más de 1.000 muestreos en primavera y más de 800 en invierno, evidencia un declive moderado en ambos periodos. Lo mismo ocurre con el vencejo común, el serín verdecillo y el jilguero europeo, todos ellos con abundante presencia y tendencias descendentes.
El análisis conjunto de los datos por hábitat revela que las aves de medios agrícolas y arbustivos son las que presentan mayores signos de regresión, especialmente durante la primavera, cuando las poblaciones muestran descensos sostenidos.
En invierno, aunque algunas especies agrícolas experimentaron recuperaciones puntuales, la tendencia general también es negativa.
Por el contrario, los hábitats forestales destacan por una evolución positiva en primavera, con poblaciones en crecimiento, mientras que en invierno se observa una mayor variabilidad, sin llegar a valores preocupantes.
En los entornos urbanos, las aves muestran una notable capacidad de adaptación: sus poblaciones se mantienen relativamente estables o en ligero aumento en primavera, y aunque en invierno se detectan oscilaciones más marcadas, no se evidencian caídas prolongadas.
El Libro Rojo se actualiza con más especies amenazadas y pocas mejoras
A lo largo de 2024 se ha llevado a cabo la revisión del estado de conservación de las aves reproductoras de España. Se trata de una actualización parcial del Libro Rojo publicado en 2021, dado que este incluye las poblaciones invernantes.
Esta información, pendiente de publicación, introduce numerosos cambios, procedentes, en su mayor parte, de un empeoramiento en la situación de la población y, en algunos casos, de un mejor conocimiento del estatus de la especie.
En total, un 29% de las especies han cambiado su categoría de amenaza desde la publicación anterior.
Tan solo una minoría de especies mejoran su nivel de conservación. En particular, se pueden considerar dos especies endémicas, el águila imperial ibérica, que ha pasado de EN (en peligro) a VU (vulnerable), o el pinzón azul de Gran Canaria, que reduce su amenaza de CR (críticamente amenazado) a EN.
Gorrión común, jilguero y vencejo: especies abundantes que ahora caen en picado
Estas recuperaciones son muy importantes por la responsabilidad que tiene España en la conservación de especies que se encuentran exclusivamente (o casi) en nuestras fronteras.
Por hábitats, las especies de montañas, ambientes marinos, costeros y esteparios son las que proporcionalmente tienen más poblaciones en categorías de amenaza, aunque ningún gran conjunto de hábitats está exento de riesgos.
El Informe de las Aves de España 2024 incorpora los datos actualizados de varios censos estatales realizados en 2024. Milano real: más de 3.199 parejas reproductoras, un incremento superior al 30 % respecto a 2014. Cormorán moñudo: entre 2.762 y 3.490 parejas, aunque persiste la regresión en colonias atlánticas.
Cormorán grande: de poco más de 500 parejas en 2007 a más de 3.400 parejas en 2023, confirmando una expansión sostenida en la península ibérica.
Asimismo, se han completado por primera vez censos nacionales de especies como el mochuelo boreal, el lagópodo alpino o el gorrión alpino.
Las aves nocturnas encabezan el peor estado de conservación
Por otro lado, el Grupo de Trabajo de Exóticas pone de manifiesto las consecuencias potencialmente dañinas de la hibridación de especies nativas amenazadas con especies exóticas.
La perdiz roja, especie nativa y vulnerable, sufre un fuerte declive debido a la caza excesiva y, sobre todo, a la liberación masiva anual de millones de ejemplares de granja, muchos de ellos híbridos con la perdiz chucar.
Esta práctica ha introducido altos niveles de material genético exótico tanto en aves soltadas como en poblaciones silvestres, poniendo en riesgo la integridad genética de la especie y llevándola a una posible extinción efectiva. Incluso sin híbridos, la suelta de ejemplares de origen foráneo puede erosionar la diversidad genética local y afectar su capacidad adaptativa.
Por otra parte, la codorniz común, especie nativa en peligro de extinción y en fuerte declive, enfrenta una gran presión por la caza excesiva y, sobre todo, por las masivas sueltas de ejemplares de granja, muchos de ellos híbridos con la codorniz japonesa.
Nuevas ‘aves raras’ se suman a la lista española en 2024
Estos híbridos generan un grave problema de introgresión genética y pueden alterar el comportamiento migratorio de la especie.
Aunque la codorniz japonesa está catalogada como especie exótica invasora y su tenencia debería estar prohibida, una excepción legal permite su cría con fines alimentarios, facilitando que ejemplares e híbridos puedan terminar ilegalmente en sueltas cinegéticas.
El Grupo de Trabajo de Aves Raras, incorporó siete nuevas especies al listado nacional de rarezas, entre las que se encuentra el papamoscas del Atlas (Ficedula speculigera) o la garceta piquicorta (Ardea brachyrhyncha).
La llegada de los restos del huracán Leslie desde Norteamérica permitió la aparición de varios paseriformes llegados desde el otro lado del Atlántico, un fenómeno muy poco habitual en nuestro país que se saldó con tres nuevas especies para la lista de aves de España: un picogrueso pechirrosado (Pheucticus ludovicianus) y un vireo gorjiamarillo (Vireo flavifrons) fueron observados en las islas Canarias, mientras que una reinita de Tennessee (Oreothlypis peregrina) fue observada en Asturias.
La ciencia ciudadana dispara los datos del Informe de las Aves de España 2024
El informe destaca, además, el valor de la participación ciudadana a través de plataformas como eBird, que en 2024 superó los 37 millones de registros en España, situando al país entre los líderes mundiales en observación y reporte de aves.
El programa Paser se consolida como una de las series más largas de datos sobre aves reproductoras. Los resultados obtenidos en el análisis de productividad de este año revelan un descenso general en la cría (proporción de jóvenes en relación con el número de adultos), indicador de un entorno ambiental cada vez más exigente.
Los avances tecnológicos utilizados en el programa Migra siguen revelando con detalle las rutas migratorias y prioridades de conservación, gracias al uso de geolocalizadores, GPS y satélites. En esta ocasión, se han descrito los movimientos del aguilucho cenizo y el aguilucho pálido.
Este informe es que no considera al cambio climático como el principal responsable de la disminución de aves, sino que destaca que la gestión del territorio incide directamente sobre las poblaciones de aves, tanto en ambientes agrícolas como urbanos.
La competencia entre especies está contribuyendo, asimismo, al declive. Las especies invasoras actúan como agentes desequilibrantes a nivel ecosistémico y desplazan a las autóctonas compitiendo por espacios y alimento. Seguir leyendo en ECOticias.com















