La Junta de Castilla y León está siendo duramente señalada por organizaciones ecologistas, que acusan a la Administración regional de mirar hacia otro lado ante la destrucción del hábitat del oso pardo en la Montaña Palentina.
Según estas entidades, la Junta Vecinal de San Salvador de Cantamuda ha realizado, en una zona de máxima protección del Parque Natural, una serie de trabajos ilegales: remoción de tierras, desbroce de la cubierta forestal y corta de robles.
Estos trabajos habrían sido autorizados por la propia Delegación Territorial de la Junta en Palencia, pero sin comprobar cómo se llevaron a cabo realmente. Ecologistas denuncian que estas acciones están directamente relacionadas con “aprovechamientos de leñas” y la prevención de incendios, una justificación que consideran insuficiente frente al impacto sobre un área reclamada como núcleo de cría habitual para osas con crías.
Oso pardo en la Montaña Palentina: denuncian la destrucción de uno de sus últimos refugios clave
Ecologistas acusan de pasividad a la Junta de Castilla y León por no actuar contra la Junta Vecinal de San Salvador de Cantamuda por la destrucción de una zona de importancia para el oso pardo en el Parque Natural Montaña Palentina.
La intervención, de más de cien metros de longitud y dos metros de ancho, vulneraría de forma expresa el Plan de Ordenación del Parque Natural.
Han criticado este lunes en un comunicado la decisión de la Junta de no abrir expediente sancionador a la junta vecinal por la destrucción de una zona de cría habitual de oso pardo con la ejecución de remociones de tierra, desbroces y cortas de robles en un área catalogada como Zona de Reserva con «la disculpa de los aprovechamientos de leñas y la prevención de incendios».
Según los ecologistas, los hechos se remontan a diciembre de 2024, cuando la organización denunció ante el Seprona que la Junta Vecinal de San Salvador de Cantamuda había llevado a cabo trabajos en el Monte de Utilidad Pública 197 Matarroyal conocido como La Cagiguera, en pleno espacio de máxima protección.
La intervención, de más de cien metros de longitud y dos metros de ancho, vulneraría de forma expresa el Plan de Ordenación del Parque Natural.
La Junta no sanciona: así se archiva la denuncia pese a las investigaciones del Seprona
De hecho, las investigaciones del Seprona derivaron en una denuncia ante la Delegación Territorial de la Junta en Palencia.
Asociciones ecologistas pidieron ser parte interesada en el expediente, pero diez meses después, la resolución firmada el 23 de octubre de 2025 concluye que no se abrirá procedimiento sancionador contra la Junta Vecinal.
La decisión se apoya en un informe interno que alega motivos de prevención de incendios y extracción de leñas, aun cuando se reconoce que la administración autorizó la apertura del camino sin comprobar cómo se ejecutaron los trabajos.
Recuerdan que desde 2015 viene alertando del aprovechamiento “más que abusivo” de leñas en esta misma zona, un monte destinado por Ley de Montes al aprovechamiento vecinal y no a extracciones intensivas.
Esa sobreexplotación se ve ahora admitida de forma implícita al reducirse drásticamente el número de lotes anuales, tras una década en la que el volumen cortado no se correspondería con un uso comunal. A ello se suma, denuncian, la intensa actividad cinegética en el coto privado de caza que opera en el entorno.
Ecologistas señalan al Servicio Territorial de Medio Ambiente por su pasividad
Según los ecologistas las dos cosas habrían provocado la desaparición de osas con crías, hasta hace pocos años frecuentes con una regularidad bianual en este enclave, considerado un buen núcleo de cría por la calidad de su hábitat y su tranquilidad.
Atribuyen esta situación a la “pasividad” del Servicio Territorial de Medio Ambiente, al que reprocha informes de “calidad técnica y rigor muy mejorable” y una actitud de protección hacia responsables internos y externos, dejando de lado la conservación de especies tan sensibles y legalmente protegidas como el oso pardo o el urogallo cantábrico, cuya protección esta recogida por Decreto en la zona afectada.
Según los ecologistas las acciones habrían provocado la desaparición de osas con crías, hasta hace pocos años frecuentes con una regularidad bianual en este enclave, considerado un buen núcleo de cría por la calidad de su hábitat y su tranquilidad.
A todo esto se suma que, en junio de 2025, agentes medioambientales localizaron en la Montaña Palentina el cadáver de un oso pardo de edad avanzada y baja condición corporal. Aunque la Junta defiende que la muerte podría ser natural el hallazgo alimenta las preocupaciones sobre la salud poblacional de esta especie en la zona.
En definitiva, los críticos acusan a la Junta de inacción sistemática, responsabilizándola de priorizar argumentos administrativos frente a la protección real del hábitat de uno de los iconos de la biodiversidad cantábrica. Seguir leyendo en EFE /ECOticias.com















