La teoría del apego humano describe tres tipos organizados: seguro, inseguro-evitativo e inseguro-resistente, todos considerados respuestas adaptativas al cuidado materno para la supervivencia de la descendencia.
Por el contrario, se plantea la hipótesis de que el apego desorganizado es maladaptativo y, por lo tanto, poco común en mamíferos salvajes, aunque esto aún no se ha comprobado, pero para hacerlo se llevó a cabo un estudio minucioso al respecto.
Sus respuestas mostraron patrones de apego organizado: algunos buscaron la cercanía materna (similar a la seguridad), mientras que otros mostraron independencia (similar a la inseguridad-evitativo). Las conclusiones respaldan la hipótesis de que los tipos de apego organizado son adaptativos y tienen una larga historia evolutiva.
Vínculo entre crías y madres de chimpacés es similar al comportamiento humano
Según un estudio publicado en Nature Human Behaviour, los vínculos entre madres y crías de chimpancés salvajes podrían asemejarse a los modelos de apego seguro e inseguro-evitativo observados en las personas.
La teoría del apego fue desarrollada inicialmente para entender las relaciones entre bebés humanos y sus cuidadores. Esta sugiere que las experiencias tempranas de vínculo pueden influir en el desarrollo psicológico y las interacciones sociales.
Los vínculos estructurados y consistentes se consideran como apego organizado, mientras que el apego desorganizado se da cuando los comportamientos son aleatorios o contradictorios, e incluyen típicamente que el bebé tenga miedo a su cuidador.
El apego desorganizado se ha observado en alrededor del 23 % de los bebés humanos en distintas culturas. Aunque esta teoría ha sido influyente en la crianza contemporánea, se sabe poco sobre estos comportamientos en primates no humanos en estado salvaje.
Comportamiento protector de las madres
Sin embargo, al observar a 18 chimpancés jóvenes responder a amenazas no dirigidas directamente a ellos, Rolland y su equipo encontró patrones de apego seguro e inseguro-evitativo, como la búsqueda de consuelo en los cuidadores durante momentos de angustia.
Específicamente, los investigadores hallaron que los chimpancés jóvenes tendían a gimotear y acercarse a su madre durante un evento amenazante, aunque esta reacción disminuía con la edad. En 75 de 78 casos, cesaban los quejidos después de la amenaza, independientemente de si la madre se acercaba o no. Sin embargo, en todos los casos en que la madre se acercó, los quejidos cesaron.
Estos resultados sugieren que ciertas características del apego organizado tienen una historia evolutiva profunda, y que los patrones de apego desorganizado están modelados por factores ambientales.
Aunque los autores advierten sobre el tamaño reducido de la muestra, futuras investigaciones podrían usar estos hallazgos para explorar qué factores ambientales podrían estar detrás de las tasas comparativamente altas de apego desorganizado entre grandes simios en cautiverio y humanos.